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Argentina asegura su capital cultural

Más de cien empresas, en especial Pymes, se sumaron a YPF y Aerolíneas para asegurar empleo a estudiantes de ingeniería que completen la carrera en facultades públicas y privadas, a los que también se incentivará con 25 mil pesos al recibirse, informó el secretario de Políticas Universitarias.

El secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación, Aldo Caballero, explicó al programa “Ahora o nunca: el espacio de la educación”, que conduce Horacio Finoli por radio América, que los estímulos forman parte del Plan Estratégico de Formación de Ingenieros lanzado a fines de 2012, que incluye también otras medidas para satisfacer esa demanda profesional en el mercado laboral y evitar que alumnos aventajados sean tentados a abandonar la carrera.

El funcionario aseguró que además de los convenios de captación de ingenieros que se celebraron con YPF y el sector energético, "se han cerrado con Aerolíneas Argentinas, donde la diversidad de disciplinas que comprende el acuerdo es muy amplia y abarca no sólo a las ingenierías. Podríamos hacer un listado de más de cien empresas y no sólo en las que la participación estatal es importante", especificó.

"Los empresarios cada vez más están recurriendo tanto a las universidades como a institutos de investigación. Está claro que el empresario argentino fue cambiando en este último año y está apostando cada vez más a la innovación como una herramienta para el agregado de valor, tema del que se venía hablando pero hoy lo percibimos en los hechos por la cantidad de empresas que recurren a las universidades, no sólo en el marco de estos convenios, que tienen carácter más global y estratégico, sino por la demanda diaria que nos transmiten las distintas autoridades universitarias, cada vez más exigidas. Les plantean un cambio en la mentalidad adentro mismo para poder atender las demandas en tiempo y forma", destacó.

Asimismo se mostró optimista en cuanto a la marcha del Plan Estratégico de Formación de Ingenieros: "vamos a superar las metas de cantidad de egresados en ingeniería, que se preveía aumenten 50% para 2016 y 100% en 2021".

Fundamentó en que "el impacto en apenas más de un año que lleva el plan es altísimo. Si bien adquiere el carácter de estratégico al ser lanzado en 2012 por la Presidenta, en realidad el gobierno desde antes venía llevando adelante medidas que tenían que ver con lo que se llamaba programa de mejoramiento de la enseñanza de la ingeniería, que principalmente atendía a la necesidad de mejorar la calidad en la formación de los ingenieros, para lo cual se aplicaron un montón de recursos destinados a equipamiento, ampliación de infraestructura, etc, pero ahora tiene una dimensión mayor".

Aclró que no se trata de alcanzar para 2016 la meta de 10 mil graduados por año, sino además que tengan una formación tal que les permita realizar un aporte concreto al desarrollo territorial sostenido. Ponderó en tal sentido la articulación con otros ministerios y distintos actores de la producción y del mundo del trabajo.

Incentivo

Los 25 mil pesos asignados como incentivo para terminar los estudios se pagan de una vez a quienes finalicen su carrera y están dirigidos principalmente a estudiantes de ingeniería que, por alguna razón, sobre todo en muchos casos, desertaron como consecuencia de la salida laboral tan rápida que tienen

estas carreras, sin haber realizado ninguna actividad académica en el último año, señaló Caballero.  

"Son estudiantes que comenzaron a trabajar y por lo tanto dejaron la facultad. La idea es que cada una de las que están dentro del Ministerio de Educación vaya en busca de estos estudiantes e inclusive que favorezca acuerdos con las empresas en las que se encuentran trabajando para que le faciliten la posibilidad de terminar la carrera", indicó.

Estos estímulos no rigen sólo para las universidades públicas, que sí tienen un conjunto de beneficios a los que las privadas no pueden acceder, porque corresponden a una política de Estado, que el gobierno pretende que se convierta en una política pública, y que tiene que ver con la necesidad del país de contar con más ingenieros para poder avanzar en el desarrollo de su sistema productivo.

Hoy se reciben 7.900 al año, cifra que no alcanza a cubrir la demanda, por lo cual las medidas lanzadas apuntan a alcanzar en 2016 un promedio de un ingeniero graduado cada 4.000 habitantes por año, lo cual representaría una mejora del 50% respecto del año pasado.

"No es que surja de una iniciativa del gobierno solamente, lo que hicimos fue cristalizar en este plan una demanda que se viene produciendo en los últimos años y que proviene del sector productivo, sobre todo de las Pymes", agregó.    

Remarcó que por la escasez de ingenieros son cada vez más costosos, y a las Pymes les cuesta mucho acceder a un plantel profesional relevante, ya que en general son captados por las empresas más grandes que pagan salarios elevadísimos.

"Este plan intenta aumentar la cantidad de ingenieros, no para bajarles el valor, sino para que haya una distribución más equitativa de las fuerzas productivas, entre ellas en los profesionales de la ingeniería, de modo que sean accesibles a las Pymes", dijo.

Caballero aseguró que el plan está siendo evaluado y reprogramado a medida que va evolucionando, y así en función de las necesidades se modifica a partir de la consulta permanente con distintos sectores de la producción, entre ellos las asociaciones y federaciones que nuclean a las Pymes, de modo muy articulado con los demás sectores del Estado que tienen que ver con la producción.

"Si una empresa transnacional necesita ingenieros los consigue de cualquier lugar del mundo, por lo que la cuestión es apuntar al fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas nacionales", enfatizó.

En cuanto a la problemática que tiene que ver con la captación prematura de estudiantes de las carreras por parte empresas vinculadas con la informática, la industria de videojuegos, etc, además de implementar becas, el gobierno nacional desarrolló medidas que se llevan a cabo en conjunto con el Ministerio de Industria, acción que se denomina "La empresa informática va a la universidad".

"La idea es que en las mismas universidades, nuestro Ministerio junto con el de Planificación Federal, construya espacios físicos que cuentan también con el aporte de algunos servicios por parte de la cartera industrial, a fin de que las empresas que quieran captar a estos estudiantes de carreras que tengan que ver con sistemas, informática, videojuegos, etc, puedan aportar los puestos de trabajo en ese ámbito, de modo que el trabajo que realicen para la empresa sea parte de la formación, lo cual produce una interfase de interacción entre la universidad y la empresa, y el alumno puede culminar su carrera", explicó.

Y sindicó como uno de los principales problemas, precisamente, que los estudiantes tengan que dejar la universidad para ir a trabajar a lugares alejados de donde estudian.

Puso de relieve que las prácticas profesionales supervisadas son muy interesantes en varios sentidos. Y que, si bien a fines del año pasado se formalizaron con la firma de convenios que tienen que ver con la dinámica que adquirieron estas prácticas, y para que los sectores de la producción no se apropien de los estudiantes y eso implique dificultades para que culminen la carrera, se aplican desde hace mucho tiempo en las principales carreras.

"El carácter obligatorio viene desde 2004/2005, cuando empiezan a hacerse efectivos los resultados de la acreditación de estas carreras de formación profesional. Y recuerdo porque era decano de Ingeniería de la Universidad de Misiones en ese momento cuáles habían sido las circunstancias: cuando aparecen estas prácticas obligatorias, monitoreadas no sólo por la universidad sino también por la empresa en la cual trabajan. La gran preocupación entonces de decanos y rectores era adónde se iban a poner a los estudiantes a hacer las prácticas, especialmente en provincias como Misiones, Formosa, porque probablemente en Buenos Aires y Córdoba no se planteaba ese problema", rememoró.     
En ese aspecto, manifestó que hoy la situación cambió al punto que no sólo hay lugares por demás para hacerlas, sino que también que se dio el fenómeno de captación de los estudiantes para asumir responsabilidades en las empresas, lo cual dificulta la terminación de la carrera. Sobran lugares y faltan ingenieros, lo cual muestra el impacto de las políticas que se llevaron a cabo en estos años en lo referente al sector productivo.  

Acerca de las 22 carreras declaradas de interés, las definió como todas aquellas que tienen que ver con la salud, la vida, y lo que puede poner en riesgo los bienes de las personas.

"El proceso es largo y comenzó con las carreras que tienen que ver con la ciencia de la salud, después continuaron las de ingeniería y todos los años se siguen incorporando nuevas. En realidad, esta gradualidad tiene que ver con la capacidad que tiene el Estado para ir evaluando a todas las carreras, porque cada vez que se produce esa declaración de interés público no sólo tiene que ver con las necesidades del país sino con el riesgo de salud, vida o los bienes, lo cual se determina antes de tomar la decisión.

Como en general siempre hay cuestiones para mejorar se define detrás de la evaluación un plan que implica la aplicación de recursos destinados a mejorar la planta docente, las instalaciones, los laboratorios, de forma que cada vez la formación profesional dé mayor calidad", dijo.     

Resaltó que el problema de la falta de ingenieros es mundial y sostuvo que esta iniciativa del gobierno nacional llamada Plan Estratégico de Formación de Ingenieros, esá siendo tomada como referencia.

"Recibimos permanentemente consultas de otros países de Latinoamérica, pero también de Europa e inclusive algunas universidades de Estados Unidos nos han pedido material sobre esta experiencia", subrayó.  

Finalmente, en cuanto a las nuevas características de la demanda de profesionales, puso como ejemplo el problema que entraña el transporte ferroviario y que "en una reciente conferencia recordé que en 1995 se cerró la última carrera ferroviaria que quedaba en la UBA", la que ahora "estamos recreando vinculada a estos tiempos y a las necesidades del país".

Enumeró en ese sentido a la ingeniería pesquera, que no existía, y la mecatrónica, que es cada vez más necesaria, para justificar la idea de que no sólo deben ser formados más y mejores graduados en las ingenierías tradicionales, sino también que debe atenderse la creación de estas nuevas ramas que van siendo demandadas.



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