Según una encuesta, 78% de los franceses consideran que existe “un alto riesgo de explosión social” en Francia.
Los manifestantes exigen el retiro de esta ley, que consideran es demasiado favorable para las empresas y un factor de precariedad laboral para los trabajadores, especialmente para los jóvenes.
La reforma incluye medidas que otorgarían más flexibilidad a las empresas para contratar y despedir a los trabajadores, en un intento por doblegar el desempleo que ronda el 10% y que afecta principalmente a los jóvenes (24%).