El primer tiempo fue un compendio de buenas intenciones, quisieron, insinuaron pero nunca pudieron. Se jugó de área a área, casi sin arcos, al punto que hubo sólo una situación de riesgo, la que casi sobre el final tuvo Augusto Fernández mano a mano con Pjocernic y que el arquero leproso despejó con eficiancia.
Por el lado de Newell's primó la cautela, con un Boyé muy aislado arriba, al que sólo se le arrimaban Maxi Rodríguez y Formica casi por obligación, La Lepra quedó reducido a achicar y meter en toda la cancha, y en eso no falló, con Mateo como abanderado.
El local estuvo apagado, y en buana parte ayudaron los bajos rendimientos de sus hombres de buen pie, no fue ésta evidentemente la mejor noche de la Gata Fernández y menos de Lucas Viatri. Absolutamente desconectados del partido, se parecieron demasiado al resto, que estaba para correr.
En la segunda mitad tampoco pudieron vulnerar a las defensas, Boyé mostró como de costumbre enorme potencia y capacidad para sacarse los hombres de encima, pero todo lo bueno que hace en el arranque de la jugada se diluye a medida que se acera al área contraria. Tampoco Fértoli logró pesar con su desequilibrio.
Estudiantes, que aún conservaba alguna chance matemática de pelear el campeonato, en una zona dominada a voluntad por Lanús, al menos busca salir segundo para pelear por un ingreso a la Copa.
Con más obligaciones que Newell's, los platenses fueron un poco más arriba y dejaron algunos espacios. Newell's insinuó, pero con poco o casi nulo poder de fuego, casi no pateó al arco, y convirtió a Andujar casi en un espectador de lujo.
El cero fue justo y correcto de ganar el Granate le sacará cinco de nueve al Pincha y se habrá asegurado casi la posibilidad de jugar la final del Torneo de Transición. Newell's fue a no perder y lo logró, desde lo futbolístico quedó en deuda, pero al menos acumula varios partidos sin perder.