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Grieta en el Concejo pone en peligro la gobernabilidad


La última sesión del Concejo Municipal quedó trunca por falta de acuerdos legislativos y la presidenta, Daniela León, se vio obligada a levantar la reunión tras el paso del tiempo estipulado reglamentariamente. El precio del boleto del transporte urbano de pasajeros (TUP) fue el detonante de una bomba que estalló el jueves, pero venía preparándose hace rato. "Concejo" proviene de "concilium" y eso fue precisamente lo que faltó en el Palacio Vasallo.

La catarata de epítetos y acusaciones cruzadas lanzadas desde ambos sectores divididos exactamente a la mitad <catorce concejales por lado> en nada ayudan a resolver la discusión. Por el contrario, agrandan la grieta y acrecientan las divisiones en un legislativo con casi tantas bancadas como ediles. Disipar los incendios con combustible nunca fue recomendable y quienes tienen mayores responsabilidades son quienes mejor deberían saberlo.

Fue la forma y no el fondo del problema, todos saben que semanas más, semanas menos, el boleto deberá aumentar, en una economía inflacionaria, no hay parámetro que no se mueva. Se consiguió que el Gobierno Nacional realice su aporte, algo bastante ilógico mirando la reiterada quita de subsidios, pero se logró. Además la provincia también se involucró en el problema, un reclamo histórico, algunos lo consideran escaso, puede ser, otros buscan modificar el destino de esos fondos, es factible.

El anuncio que el tema del TUP no iba a tratarse en la sesión del jueves, anunciado por el propio presidente de la comisión de Servicios Públicos en horas del mediodía, y la consiguiente retirada de los sectores de estudiantes que comenzaban a llegar a inmediaciones de Córdoba y Primero de Mayo, el retiro incluso de los móviles periodísticos y el posterior "acuerdo", sobre las cinco de la tarde entre la bancada oficialista y el Pro, estalló en el retiro de los concejales "rebeldes".

Lo que siguió fue un espectáculo bochornoso, con manifestaciones absurdas de ambos lados, acusando al otro bando de cosas que ellos mismos muchas veces han utilizado. No dar quorum es un instrumento legislativo legal, propio de opositores que en la mayoría de los casos minoritariamente quieren evitar la sanción de normas, se usa en diferentes parlamentos, en Argentina y el mundo entero.

Lo usó el propio socialismo cuando el "Cuervo" Larroque los acusó de narcos y Zabalza se levantó de su banca en Diputados y se retiró. Y muchas tantas veces lo usó el peronismo en sus diferentes versiones. Y también Cambiemos, hizo casi una religión de la no asistencia cuando el kirchnerismo con mayoría automática en ambas cámaras sancionó sobre el final del 2015 varias leyes en absoluta soledad, con medio recinto vacío.

Elegir la pública para debatir temas esquivando el recinto o evitar derrotas con el mecanismo podrá ser reprochable, pero es un recurso utilizado y que no debería ser demonizado. Sería deseable que a partir de mañana, cuando vuelvan a reunirse retomen la calma perdida, dialoguen todo lo que tengan que hacerlo y puedan brindarle al sistema de transporte los fondos necesarios para que siga funcionando.

En nada colaboran los paros diagramados. Perjudican al usuario que es el que paga por un servicio que necesita. El oficialismo no debe equivocarse, entre los aumentadores seriales y los "irresponsables" que no dieron quorum para aumentar, la gente suele quedarse con los segundos. No se gobierna a los sopapos, es con diálogo. En diciembre se aprobó el presupuesto sin permitir el debate en el recinto, no es ese el camino, de persistir en esa postura, peligra la gobernabilidad.

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