El nuevo balance duplica casi el anterior, de 420 muertos."El número de fallecidos seguirá aumentando", señaló el responsable. "Hoy comenzarán los entierros masivos de las víctimas, para evitar que se propaguen enfermedades", añadió.
"Es muy duro", contó Risa Kusuma, una madre de 35 años que mecía a su niño febril en un centro para refugiados de Palu. "La ambulancia trae nuevos cadáveres cada minuto", "no hay mucha agua y se saquean las tiendas en todas partes".