Los remedios afectados son analgésicos, antiácidos, vitamínicos y antihipertensivos. El titular del SAFYB, Marcelo Peretta, explicó que “los valores están liberados, porque sumando la inflación desde diciembre desde 2015 tendrían que haberse incrementado menos de 180%”, es decir que en el sector hubo alzas de más del doble que en otros rubros.
Un antiácido que a fines de 2015 costaba 91 pesos hoy vale 571, lo que equivale a un incremento de 472% según el informe. Algo similar ocurre con los vitamínicos que subieron 462%, pasando de 140 a 862 pesos y las drogas utilizadas para bajar la presión, que se fueron de 77 a 387 pesos.
Al respecto de los analgésicos, una unidad pasó de 3 a 22 pesos, una alza del 578%. La caja de comprimidos para aliviar el dolor se fue de 126 a 610 pesos (344%). También fueron importantes las subas de los ansiolíticos (tranquilizantes), que pasaron de 51 a 291 pesos (422%); el magnesio, que se elevó un 304% (de 107 a 469 pesos) y los antibióticos, que costaban 110 en 2015 y ahora hay que gastar 466 pesos (287%).
Una de las principales quejas es que “faltan controles, porque no los hace la Secretaría de Comercio, ni la de Salud ni la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica)”.
Especialistas piden que los sectores económicos actúen como “ejemplo” y agregan que “no sólo se perjudican los adultos mayores, sino la gente en general, porque n medicamento no es un celular o un auto, es algo esencial para la vida” y resaltó: “Vamos camino a una salud para ricos. Estamos yendo de una medicina solidaria, como fue históricamente, a una donde las prepagas van imponerse. Y los hospitales no van a tener suficientes recursos para los que no estén afiliados”. El titular del SAFYB resaltó la importancia de una ley de genéricos.
“El gobierno tendría que hacerles publicidad a los genéricos, que tienen la misma calidad que las otras marcas, porque por algo están aprobados por la ANMAT. También controlar a los médicos, que prescriben las marcas más caras”.
“El Estado debería potenciar la figura de farmacéutico que estudia 5 años para que la gente lleve el medicamento que necesita y no el que no necesita, que es otro problema”, aseguró, mientras sentenció que “el farmacéutico no es parte de los convenios, pero tiene que poner la cara para explicarle a la gente por qué aumentan tanto los precios”.