Poco antes de morir había vuelto de una gira por Japón. Formaba parte de su naturaleza según declaraba en una entrevista en EL PAÍS.
"Me inspira todo: la televisión, la radio, los libros... Como no tengo imaginación, cojo lo que veo. Hay gente que la tiene y, sin embargo, no es capaz de escribir una canción". A un artista, considera, lo inspiran por igual las penas que las alegrías.
"Aunque es verdad que no hay tantas canciones felices como tristes", aseguraba el embajador de la canción francesa.