El Gobierno pretende que las distribuidoras recorten al menos un 10% el valor de los combustibles de venta al público.
El objetivo es que los valores de los combustibles prémium bajen un 10%, ya que son los que más aumentaron a lo largo del año, con casi un 70%.
Fuentes ligadas al sector empresarial confirmaron las negociaciones, aunque por el momento no hay señales de las petroleras de querer bajar los precios.