La carne se ha configurado como un lujo para la mesa de las familias argentinas. En los primeros días del año varias carnicerías recibieron las medias reses con incrementos de entre 30 y 40%, según manifestaron en diversas notas periodísticas. Además, los carniceros se quejan por la caída en el consumo. Tal es el problema suscitado con los aumentos, que muchos comerciantes absorbieron parte de los aumentos para no trasladarlo a precio y así no perder clientes.
En esa línea, Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la ciudad de Buenos Aires, advirtió que podrían comenzar a cerrar los comercios que están más complicados para sostener sus costos.
“Si la carne sigue a estos precios, van a empezar a cerrar negocios. No pensemos que en un mes solucionamos el problema. No, esto va a ser largo, no lo soluciona una sola persona, tienen que estar todos en la mesa”, explicó.