Al arrancar, Cristina confesó irónicamente que plantear una cuestión de privilegio la hacía sentir “medio estúpida”. “Lo que es esta senadora de la Nación, expresidenta de la República dos veces elegida por el pueblo, no es que tiene privilegios… ni siquiera tiene los derechos y las garantías que tiene cualquier ciudadano común en este país”.
Cristina Kirchner insistió con el término de lawfare (guerra jurídica), que a su juicio “siempre sonaba como algo lejano”. Pero estimó que “la verdad que en la Argentina siempre tenemos una capacidad para ir un poco más allá”.
Citó el caso del Lava Jato en Brasil, y sostuvo que en nuestro país ahora “agregaron algo más, además de agregar operaciones políticas para dejar afuera a los dirigentes de la oposición en serio, los que nos oponemos a este modelo de entrega, saqueo y hambre… el resto es cartón pintado, ustedes lo saben”.
“En Argentina este lawfare fue recreado: además de estigmatizar a dirigentes opositores, en el medio los funcionarios judiciales se dedicaron a hacer negocios y a extorsionar a la gente. En Argentina -insistió- hemos refundado el lawfare, hemos agregado la extorsión, la recaudación por parte de funcionarios judiciales, además de la impugnación a los políticos opositores”.
A continuación, Cristina Kirchner contó que se preguntaba a quién hacerle la cuestión de privilegio. “¿A este cuerpo, que diligentemente, inmediatamente trató los allanamientos que fueron absolutamente violatorios de lo que se hace a cualquier ciudadano?”, se preguntó.
En ese sentido sostuvo que “los allanamientos fueron violatorios de lo mínimo que se le asegura a cualquier ciudadano: hicieron con mis casas lo que no hicieron con nadie estos mismos que fueron filmados y grabados mandando whatsapp pidiendo coimas”. “¿Hacer una cuestión de privilegio al presidente? Ni se me ocurre…”, continuó, para apuntar luego contra la Corte Suprema de Justicia, a la que terminó adjudicándole esa presentación.
“Porque estamos viendo cómo desde Comodoro Py se está intentando quitar la causa a un juez para que no investigue, y desde la propia sentencia del juez (Ramos Padilla) se puede colegir la actuación de una embajada extranjera en esta cuestión. Esto solo ameritaría que la Corte Suprema interviniera”, estimó, sosteniendo que el Tribunal Supremo tiene competencia “originaria y exclusiva” al estar involucrada una embajada extranjera.
Cristina apuntó que por lo que había observado que la embajada de Estados Unidos no había contestado los pedidos del juez que consultaban sobre la veracidad de chapas de agencias de seguridad de ese país que había exhibido el ahora detenido Marcelo D’Alessio.
Habló de la presencia en una camioneta, junto al falso abogado, de dos personas supuestamente de la embajada norteamericana. “Y entre las múltiples carpetas encontradas en los allanamientos se le encontró una redactada en inglés”, puntualizó.
La ex mandataria cargó luego contra el periodista Daniel Santoro y recordó la información por él difundida que adjudicaba a su hijo Máximo y a la exministra Nilda Garré la propiedad de cuentas en el exterior, sobre lo cual le llamaba la atención que en esa oportunidad el Departamento de Estado tardara “casi dos años en decir que era todo falso”.
“Ya tenían la carpeta en inglés, ¿en serio que la embajada de Estados Unidos no tuvo nada que ver?”, se preguntó, agregando que “no estamos ante una cuestión únicamente de un fiscal o de un juez; esto está claro que es un sistema, un entramado, porque además se descubrió que una cosa similar pasó en un juzgado en lo penal económico, y también con el mismo protagonista periodístico que escribía sobre la mafia de los contenedores en Clarín”.
Para Cristina Kirchner “estamos ante un sistema muy perverso de extrema gravedad institucional”, y agregó: “Yo fui senadora desde 1995; en mi vida como legisladora he visto y he escuchado algo similar a lo que nos ha tocado ver y escuchar, no de arrepentidos… en los chats, las fotos, las filmaciones, exactamente lo que yo digo una suerte de proyección de las cosas que hacen ellos sobre otros”.
“Esto no es casual, pero todos tienen que saber que estos sistemas se arman no solamente por cuestiones económicas o de oposición, sino para imponer modelos económicos sociales de sojuzgamiento. Era así en la dictadura también -disparó-. Siempre fue así; atrás de estos sistemas perversos está la instauración de un modelo de saqueo y miseria para el pueblo argentino”.
Cristina concluyó afirmando: “Siento como legisladora la responsabilidad de estar sentada en una banca no para cobrar un sueldo, ni calentarla, sino para decir lo que está pasando en la Argentina”.