Si bien el primer trimestre había iniciado con mejoras que esperanzaban con un mejoramiento luego de dos años con achique de puestos de trabajo en las fábricas, la curva se mantuvo descendente durante todo el resto del período y empujó a todos los sectores y regiones hacia la ruptura del piso de la actividad.
La primera parte del año hubo un crecimiento de 3,8%, mientras que "en el segundo trimestre comenzó a registrar un retroceso que fue profundizándose a lo largo del año, como consecuencia de las tensiones financieras y cambiarias", señaló el informe del CEU.
"En esta línea, durante el segundo trimestre la actividad se contrajo 2,4%, con una caía del 5,4% durante el tercer trimestre, cerrando el último trimestre con -8,4%.
Los retrocesos afectaron a la mayor parte de los sectores industriales, en un contexto marcado por la caída en el consumo y por las altas tasas de interés que llegaron a superar el 100% para el capital de trabajo durante septiembre y octubre", amplió el equipo económico de la UIA.
Lo cierto es que la última parte del año dejó en situación crítica a los rubros mano de obra intensiva, como textiles y calzado, presentaron las mayores caídas de la industria, seguidos por sectores asociados a la construcción, la industria automotriz y edición e impresión.
Así, durante noviembre se observó una contracción mensual del -0,96% que significó una pérdida mensual de 10.937 puestos de trabajo, "siendo el undécimo mes consecutivo con tendencia negativa y la mayor baja de la serie".
Así, respecto a noviembre 2017 hubo 61.839 asalariados menos, lo que representa una baja de 5,2%. Si se cuenta desde la asunción de Cambiemos en el Gobierno, los puestos de trabajo perdidos se acumulan en 125.000.