Allí el pliego correspondiente contemplaba, además de las obras propias del emprendimiento, la construcción de senderos y una bajada pública para embarcaciones. Pese al continuo pedido desde hace ocho años de parte de navegantes y deportistas que acceden habitualmente al río, estas obras nunca se hicieron sin que el municipio accionara al respecto.
Pero además, Miatello remarcó la enorme diferencia entre las camas náuticas y amarras que el municipio señalaba (350 y 200 respectivamente) y las que la empresa publicitaba (800 y 140). “En relación a esos números y teniendo en cuenta que el alquiler de una cama náutica ronda los $5.000, la empresa estaría percibiendo como mínimo -teniendo en cuenta el número del municipio, de 350 camas- una cifra de $1.750.000, totalmente alejada del canon abonado, que en 2018 fue de $38.049 mensuales”, aseveró el concejal.