A pesar de que dijo con claridad, a su modo, que quería abortar, el sistema de salud provincial, con el secretario de Salud Gustavo Vigliocco a la cabeza, puso en marcha un operativo antiderechos –en connivencia con una fiscal que intervino arbitrariamente. Esto para burlarse de su voluntad y dejar que siga adelante la gestación.
La estrategia es argumentar luego que está muy avanzado el embarazo, obligarla a parir y vulnerar así, una vez más, sus derechos. Lo mismo que sucedió en Jujuy hace pocas semanas con otra niña forzada a ser madre.
Los cuerpos infantiles se han convertido en territorio de guerra para quienes dicen defender “las dos vidas”, sin medir los costos de su cruzada, incluso más allá de lo que dispone la propia ley.