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Cristina y Florencia Kirchner no deberían volver a la Argentina


La ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner se alejó del país en las últimas horas para estar junto a su hija, que está enferma en Cuba. No está de más decir que la isla no tiene extradición con la Argentina, protege a todo aquel que considere un perseguido político y que las Kirchner lo son, o podrían ser catalogadas como tales. Además, la medicina cubana es reconocida a nivel mundial y ambas se mantendrían lejos del alcance judicial.

 El Estado de Derecho ha sido quebrantado en la Argentina hace rato, las operaciones político judiciales están a la orden del día, se opera con los servicios de inteligencia, se arman causas judiciales ad hoc, escuchas ilegales, y hasta espionajes dirigidos por el propio Gobierno y algunas de sus legisladoras, que siempre dicen no saber de donde les provino la información, una justicia adicta y una prensa paga, sumisa y corrupta.

La multiplicidad de causas judiciales fácilmente rebatibles por un estudiante novato de Derecho, pero mediatizadas al extremo, multiplicadas en titulares de los centenares de medios hegemónicos, todos los días, a toda hora por cada espacio y lugar, terminan haciendo creer que la mentira es verdad, dando cumplimiento al viejo adagio "miente, miente que algo queda".

No hay Gobierno en el mundo que no albergue entre sus filas a algún corrupto, o a varios, pero de ahí a poner bajo la lupa a todo el sistema político nacional, para mostrarse como los salvadores de los derechos republicanos y hacer de la timba financiera y el capitalismo más salvaje, el dueño absoluto de la verdad, hay una distancia bastante grande.

No alcanzarían estas páginas para describir la multiplicidad de causas en las cuales no se podrían probar delitos a la gestión anterior, como tampoco serían suficientes para ejemplificar los actos ilícitos cometidos por este Gobierno. No se le encontraron cuentas secretas, no se hallaron las presuntas bóvedas, nada sucedió en la excavación con poderosas retroexcavadoras de la Patagonia, no había containers enterrados, ni cuentas en Saychelles, Aníbal no era la Morsa, la amante de Kirchner no era tal, ni siquiera había sido su secretaria, y también este Gobierno vendió dólar futuro, igual que el anterior, con la sola diferencia que ellos mismos los compraron.

El Poder Judicial, el único al que no elige nadie, siempre fue acomodaticio con los otros poderes del Estado. No encontraba nada corrupto durante la administración anterior y nada encuentra en éste. No hubo aportantes truchos, ni afiliaciones sin consentimiento, no hay compra de parques eólicos por parte de familiares del presidente, no hubo uso de información privilegiada para compra de dólares por parte de funcionarios cuando pasó de 23 a 42 pesos, no hubo intencionalidad manifiesta en triplicar el precio de los peajes, varios de ellos del Grupo Macri para después desprenderse de las concesiones cuadriplicando el precio...podríamos seguir.

La causa de las fotocopias de los cuadernos que se quemaron, escritos presuntamente por Centeno, un chofer que escribe como Cortázar, en la que según el propio fiscal Stornelli no está mencionada Cristina, es nada más y nada menos que la descripción de algunas de las miles de conexiones de los poderosos grupos empresarios para la carterización de la obra pública a la que por momentos se llamó la patria contratista, que comenzó por los 70' con el recientemente fallecido Franco Macri, padre del presidente de la Nación, cuyo grupo accionario pasó en los años de plomo de las seis empresas a más de cuarenta. En ese mismísimo momento, Clarín y La Nación se quedaron <secuestro y tortura de por medio> con Papel Prensa y condicionaron al resto de los diarios de la Argentina a sus designios y desde esa época viene tirando bueyes juntos.

Que la jefa de la Oficina Anticorrupción, que no es abogada, a pesar que la norma establecía que debería serlo, pero fue modificada para poder poner a una activa militante macrista en el cargo haya pronunciado las palabras que dijo esta semana en el programa de Majul <una tribuna oficialista desde la cual puede salir cualquier cosa>, hablan de la impunidad política y mediática de la que goza este Gobierno. Acusar a la oposición directamente de ser una mafia, decir que sus dirigentes ya están presos y que los que aún faltan pronto lo estarán, en juicios orales y públicos donde se probará su actitud delictual como fueron juzgados los militares del Proceso superó los límites de la imaginación de cualquiera que crea en el estado de derecho y suena a amenaza patoteril y dictatorial. 

Se supone que ella, integrante del Poder Ejecutivo debe ser imparcial, respetar la presunción de inocencia, principio jurídico fundamental y vigente en el sistema normativo argentino. Ninguna de las causas en las que se acusa a ex funcionarios ni a la propia ex presidenta tiene sentencia firme aún, ni en primera instancia. Incluso se ha realizado durante este gobierno un uso abusivo de la prisión preventiva como elemento de extorsión y castigo espurio contra opositores. Está claro que nadie saldría juzgado inocente de semejante acusación y prejuzgamiento intuitivo. Alonso se presentó a apelar sentencias donde algunos funcionarios habían sido sobreseídos, a pesar de estar estrictamente prohibido por ley, y logró por ejemplo que Boudou vuelva a prisión en una causa en la que había sido liberado.

No hay Justicia independiente en la Argentina. El juez de Dolores, Ramos Padilla desnudó ayer en el Congreso un sistema judicial corrupto, extorsionador, delictual, desnudado por un presunto abogado, especialista en narcotráfico internacional invitado a TN, a Animales Sueltos de América, Telenoche de Canal 13 y Fopea (un curiso círulo de periodistas que se autoelogian por sus investigaciones falsas y hasta se autopremian, que está bancado por la Embajada de los Estados Unidos) al que ahora intentan hacer pasar por loco o "chapita" como dijo hoy la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que ante la evidencia fotográfica debió admitir que los conocía.

Es en realidad un operador de Comodoro Py, uno de tantos, un servicio de inteligencia a sueldo de jueces y fiscales corruptos, cuya especialidad principal era el armado de presuntas cámaras ocultas para implicar, apretar y extorsionar. Cuando fue detenido pidió hablar con la propia Bullrich, con la que aparece en una foto cuando todavía no estaba loco, además de estar junto a Stornelli en Pinamar con quien intercambiaba profusa mensajería telefónica y hasta pidió que Macri interviniera para evitar su detención.

Bonadio tuvo la "suerte" de acumular la gran mayoría de la causas contra CFK, y no es un juez imparcial está puesto a dedo para encarcelar a la ex mandataria si fuera necesario. Sus habituales presencias en la embajada de Estados Unidos, junto a otros jueces y fiscales son mostradas sin tapujos. La misma embajada a la que esta semana se le "escapó" un tweet que decía "perdió Cristina", en referencia a la derrota del candidato K en Neuquén, un mensaje mafioso que la propia sede diplomática se encargó de sacar 20 minutos después diciendo que se trataba de un error y que no sabían cómo podría haber sucedido. La misma embajada que ayer, mientras Ramos Padilla exponía en el Congreso reunía a unos treinta magistrados en su sede. Cristina sabe descifrar esos mensajes, maneja los mecanismos de los servicios y lee la realidad como pocos.

La inferencia de la embajada norteamericana no es casual. El Gobierno de los Estados Unidos se juega todas la fichas a la reelección de Mauricio Macri, es un aliado estratégico en la región y réplica de su política internacional, principal ariete contra Venezuela, el país de mayor reserva petrolífera del mundo y último escollo <junto a Bolivia> de los últimos intentos de una América del Sur unida y no sometida a los designios del Imperio.

Cristina Kirchner es un escollo, lo fue y lo será si pudiese llegar a las elecciones y ser elegida nuevamente. El kirchnerismo se rehusó al ALCA, se le plantó al FMI, le pagó y lo echó a patadas del pais, logrando independencia económica y hasta logró que resoluciones de la ONU reconocieran que los fondos buitre eran un mal del capital internacional a erradicar de la faz de la tierra. Macri llegó a la presidencia y les pagó. Ahora utilizarán cualquier estrategia para impedir un posible retorno, y lograron ahora hacer mella sobre su flanco más débil, la salud de su propia hija.

Nada sacó a la ex mandataria más que ver a Florencia enferma, víctima de una persecusión judicial inusitada y teniendo que tratarse en Cuba para superar su cuadro de estrés o el nombre que quieran ponerle al temor de ser encarcelada injustamente. Allá fue su madre, quebrada, frágil y por primera vez angustiada, tras la muerte de Néstor, para tratar de estar junto a ella. Debió pedir autorización a la Justicia, que por las dudas, le recomendó no hacer escalas en paraísos fiscales, algo que parecería más propio de los integrantes de Cambiemos que del propio kirchnerismo.

Ante esta circunstancia, su candidatura presidencial ahora está en duda y podría dejar de lado su aspiración de volver. El peronismo tenía en ella su candidata con mayor intención de voto, pero también su principal escollo para retornar al poder. Si bien conserva un piso alto, que en estos momentos de profunda crisis económica hasta supera los propios números del Gobierno, su techo no está muy lejos.

Otros candidatos de esa fuerza política arrancan de más abajo, pero podrían llegar más lejos. Incluso algunos de su propio espacio como Kicillof, u otros cercanos como Solá o Scioli. Millones de argentinos a los que la heladera les hace eco cada vez que la abren o pueden prender sólo un aire acondicionado de la casa, de los cuatro que compraron durante su gobierno no la volverían a votar, fue demonizada por los medios masivos de comunicación y eso de la cabeza no se los saca nadie, por más que la estén pasando mal o incluso muy mal.

El abogado de Cristina Kirchner, o alguno de ellos, debería por estos días estar pensando seriamente en la posibilidad de pedido de asilo político en Cuba. Ser juzgada por una Justicia dependiente del poder político de la Casa Rosada y los intereses de los Estados Unidos no parece buena idea, y mejor sería para su integridad física y política ser una víctima en el exilio, como alguna vez lo fue Perón,  y que retornara tras el regreso de un gobierno más afín a su pensamiento político, que pudiera garantizarle una Justicia independiente, no adicta ni corrupta. El peronismo ya no puede pedirle más a esa mujer, dio todo lo que tenía para dar, ahora es momento de dar un estratégico paso al costado, y sanar heridas para tomar impulso.   









   

 







    

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