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Debido a la crisis económica que afrontó Argentina en 2018, los precios sufrieron un aumento del 47,7%. Esa tasa significa la más alta registrada en 27 años y la segunda en la región tras Venezuela.
Esto trae como consecuencia que lleva a que se reduzca de manera involuntaria la porción de comida, o la percepción de experiencia de hambre por problemas económicos en el último año. El artículo fue escrito por Alejandro Rebossio. Rebossio recolectó diferentes testimonios de habitantes de la provincia de Buenos Aires como Campana.
En el barrio San Cayetano, los vecinos abrieron seis comedores populares en los últimos tres años. Una de las asistentes de los comedores de nombre Cecilia le relató a El País: “Los chicos se dan cuenta de lo que pasa, pero al menos están bien. Al de 15 le choca más porque sus compañeros se compran ropa, van a fiestas”, cuenta.
“Me da impotencia lo que le pasa a Argentina: tenemos todo para estar bien, tierra, agua, pero estamos más pobres. Me da tristeza por mis hijos. La educación, que es lo único que les puedo dar, decayó respecto a mis tiempos” manifestó la mujer. El gobierno nacional anticipó semanas atrás que el próximo índice de pobreza que dará el INDEC aumentará respecto al último que se dio a conocer en septiembre pasado, de 27,3 por ciento. Diferentes movimientos sociales se movilizaron semanas atrás "contra el hambre y tarifazos" en todo el país para mostrar su rechazo a las políticas económicas del Gobierno.
En la apertura de sesiones ordinarias, Mauricio Macri anunció un incremento del 46% en el monto que reciben los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH). La AUH, que actualmente era de $1815, pasará a otorgar $2644. Esta medida busca contener la indigencia infantil, que afecta al 10% de los niños.
