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Los relojes públicos de la ciudad recobran su esencia


Tras restaurar y poner en funcionamiento más de una decena de relojes públicos en 2018, la Municipalidad de Rosario seguirá avanzando en esta estrategia que propone revalorizar el patrimonio de la ciudad. Durante 2019 se intervendrán una serie de dispositivos que fueron instalados durante el mundial de fútbol de 1978, y se sumarán dos nuevos en las plazas Pringles y San Martín.

Símbolo de status y modernidad a comienzos del siglo XX, las primeras máquinas se instalaron en el centro de Rosario al compás de la prosperidad que se vivía en la ciudad.

Como si fuera una paradoja del destino, fue el mismo paso del tiempo el que determinó que dejaran de cumplir su función principal: los dispositivos de muñeca primero y los celulares después hicieron que ya nadie alzara la vista para saber si se estaba llegando tarde a algún compromiso.

Según el registro que lleva la Dirección General de Alumbrado Público se contabilizan 52 relojes públicos en las calles rosarinas. En línea con las políticas para recuperar el espacio público, desde la Secretaría de Ambiente y Espacio Público se propuso darles una nueva vida.

La tarea no resultaba sencilla: se trata de un trabajo artesanal que ya casi nadie realiza y que resulta muy costoso de mantener. Se decidió entonces instalarles un nuevo sistema, a través de un GPS que facilite la automatización del proceso de control horario.

El año pasado comenzó una primera etapa, con el recambio de diez artefactos, ubicados en avenida Provincias Unidas y bulevar 27 de Febrero, el cementerio La Piedad, avenida Provincias Unidas y Mendoza, Mendoza y bulevar Avellaneda, avenida Puccio y bulevar Rondeau, Necochea y avenida Pellegrini, Sargento Cabral y avenida Belgrano, avenida Pellegrini y bulevar Oroño, bulevar 27 de Febrero y bulevar Oroño; y los emplazados en los parques Alem y Urquiza. La inversión alcanzó los 775 mil pesos.

A esta tanda siguieron una serie de relojes monumentales distribuidos en edificios emblemáticos de la ciudad: la Terminal de Ómnibus, la Facultad de Derecho y el Palacio Municipal. Se trata de verdaderas piezas maestras, con características únicas.

El artefacto que corona el viejo Palacio de Justicia (Facultad de Derecho) posee un carillón de diez campanas, fabricado en París a finales del siglo XIX. El ubicado en Buenos Aires y Santa Fe, en tanto, es un carillón de tres campanas, dos con el sonido del Big Ben de Londres y otra con el sonido del Gon de la hora de París.

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