De esta forma, totalizaría 32% en el año, marcando una desaceleración significativa respecto a 2018 (casi 48%)”. Sobre el aumento de la inflación, explicó que obedece a una “demanda que permanece deprimida y contratos que continuan cerrados -sin posibilidad de actualizarse de manera inmediata-, el traslado a precios de los saltos del dólar de 2018 es progresivo”.
Otro dato que observó es que “el primer bimestre se cerraron ciertas actualizaciones de paritarias, por cláusulas gatillo y recomposición de las negociaciones del 2018; y a esto se sumó el ajuste de tarifas de Servicios Públicos y el aumento cercano al 40% en el precio mayorista de la carne, con un efecto tanto en su precio minorista como en los de bienes sustitutos (pollo, cerdo, etc.)”.
Ecolatina destacó en su informe que “uno de los efectos más adversos de la inflación es que genera incertidumbre sobre el futuro de los precios relativos, minando a la inversión ya que no se sabe qué bienes y servicios serán los más rentables en el futuro”.