Bajo esa premisa, el municipio sumó en el último tiempo la participación de una clown en la Rambla Catalunya y el balneario La Florida, donde se aprovechó la gran afluencia de público –tanto en el verano como en los Juegos Suramericanos– para generar mayor participación en los dispositivos lúdicos que se enmarcan dentro de la denominada Kermesse Ambiental.
Micrófono en mano, una pollera con tul y la típica nariz roja, «Cuchara» se encarga de romper el hielo y atraer a niños y niñas (aunque también algún que otro adulto) a jugar, divertirse y aprender.
“Al principio la gente le cuesta entrar en el juego, pero después se prenden y siempre hay muy buena onda”, contó. La intervención de esta payasa se dio en sintonía con la utilización de nuevos dispositivos educativos presentado en el marco de una kermesse ambiental, donde se combinaron diferentes elementos para trabajar diferentes temáticas.
Uno de ellos es un juego de la memoria donde los participantes tienen como objetivo aprender a separar sus residuos en cuatro categorías: verdes y voluminosos, residuos orgánicos, reciclables y restos. Con piezas boca abajo, se intenta encontrar el par, y una vez ello debe depositarse en el tacho que corresponda.
La biodiversidad también está presente en la kermesse, a través de dos dispositivos, llamados “Con ganas de verte volar” y “Armar y descubrir”. Gracias al activo rol de la presentadora, estos se convirtieron en los más concurridos del verano, en parte porque todos buscaban convertirse en ganadores del #IrupéChallenge, un desafío para resolver un rompecabezas en menos de 15 segundos.
“Con estos dispositivos nuestra idea era que toda la familia pueda aprender sobre las especies de la fauna y la flora del humedal, aprendiendo sobre irupés, camalotes, tortugas y sábalos”, informaron desde la Secretaría de Ambiente y Espacio Público, repartición que tiene a su cargo las estrategias para promover la realización de prácticas más amigables con el planeta.
La tecnología también se hizo presente entre los juegos del verano. Gracias a la utilización de un sistema de realidad virtual, los transeúntes fueron invitados a aprender sobre separación de residuos. “Mundos paralelos” -tal el nombre del aplicativo- ayuda a entender qué debe disponerse en los diferentes tipos de contenedores, según la posibilidad de ser reciclables o no.
Además de estos dispositivos, en cada jornada se realizaron talleres sobre compostaje, un espacio que además contaba con una muestra de compost en su nivel inicial, cómo se ve al primer mes y cómo debería ser el resultado final, además de folletería orientativa sobre servicios de recolección. En este, además se encontraba el Canje de Yerba, a través del cual vecinos y vecinas dejaban su yerba usada en el compost inicial y a cambio, se llenaba su mate con yerba orgánica.