Se trata de una evaluación realizada desde 2014 por el Observatorio dependiente de la Universidad Católica Argentina (UCA), en el que se abordan diferentes dimensiones y acciones de Plan Abre en cuanto al impacto en infraestructura, educación, salud, y uso del espacio público, entre otros. “El Plan Abre es una política de Estado, y lo debe seguir siendo, porque es un proyecto de integración urbana y social”, señaló Lifschitz.
“Creemos que este proyecto debiera tener escala nacional para los grandes centros urbanos de la Argentina, porque está maduro, y evaluado para ser aplicado a escala país, y profundizar su implicancia en Santa Fe”, expresó el gobernador.
En esa línea, Lifschitz pronosticó que, si se “vincula un proceso virtuoso de crecimiento de la economía, generación de empleo, e inclusión social, y al mismo tiempo profundizar políticas de estas cateréticas, se puede pensar, en un tiempo prudencial, en llegar al objetivo de eliminar la pobreza o llevarla a cifras mínimas”.
En ese sentido, Salvia felicitó al gobernador “por la responsabilidad y voluntad política de llevar adelante un proyecto de esta naturaleza”, y agregó que la propuesta “no es solo un plan de mejoramiento del barrio, no apunta solo a mejorar las condiciones materiales, sino también psicológicas, social, y de seguridad, donde la gente es parte de un barrio que mejora”.
También destacó la implementación del programa Abre Familia –que llega de manera directa a cada casa-, y marcó que el Plan Abre ha significado un “cambio cultural”, que “deja de lado las viejas formas de hacer política social”.