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Los empresarios están a la espera de que venza la norma para definir nuevos aumentos de precios, ya que todavía mantienen un retraso en torno al 15%, coinciden en el sector. Prefirieron no anticipar cifras, pero la expectativa es que continúen con la recomposición hasta fin de año, de modo tal de esperar la llegada del nuevo gobierno mejor parados.
En diciembre, de hecho, la secretaría de Energía dispondrá un nuevo aumento de impuestos (otro 6%) que se trasladará a los surtidores, pero podría haber antes otra suba de las naftas entre 4% y 5%, dijeron fuentes de la industria.
"Vamos a esperar el descongelamiento y ahí analizar qué hacer. Pero la idea es aprovechar la ventana hasta el cambio de gobierno para achicar un poco más la brecha", dijeron en una petrolera. Del último aumento del 5%, dispuesto a partir del 31 de octubre, casi 1% correspondió a una suba de impuestos (treparon 6%) y el otro 4% "se repartió entre los biocombustibles y las petroleras.
Sería lógico que aumenten algo más para compensar a productores y refinadores y en diciembre vuelvan a ajustar el impuesto", señalaron desde la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha). Una vez vencido el decreto e YPF avanza con un nuevo incremento antes de diciembre, el resto (Axion y Raízen) seguirá sus pasos.
Si bien hubo varios aumentos en el año, estuvieron muy por debajo de la inflación y más aún de la devaluación. Mientras que en enero el litro de la nafta súper costaba, en Capital Federal, $ 38,60, hoy se ubica en $ 47,79, es decir que aumentó 24%, cuando el dólar subió más de 60% y la inflación se proyecta en 55% para todo el año.
El gran interrogante es qué hará el nuevo gobierno con el precio de los combustibles y del barril de petróleo, ya que trascendió de varios interlocutores la intención de potenciar el desarrollo de Vaca Muerta, pero para que esto suceda las empresas necesitan que se les garantice "un precio razonable", dicen a coro en el sector.