Desde que comenzaron los problemas hasta la actualidad, la planta de Ferreyra redujo su personal de 700 a 500 personas (400 están directamente ligadas a la producción de camiones). Pero teniendo en cuenta solamente las 15 Pymes metalúrgicas proveedoras de la terminal, la cantidad de trabajadores afectados asciende a dos mil.
"La situación alerta a los proveedores del sector por las críticas consecuencias que pueden desencadenar a nivel social, sindical y económico", resaltó la Cimcc. El problema es que en planta acumula un stock de entre 1.400 y 1.500 camiones. En un mercado que se achicó 50 por ciento comparado con el año pasado, Iveco tiene vehículos para vender por ocho meses, lo cual hace inviable seguir produciendo.
Los problemas en Iveco arrancaron en mayo del año pasado, cuando empezó a reducir sus programas de fabricación afectada por la importación. Sus unidades se ofrecen a precios entre 10 y 20% por encima de sus competidores, lo cual complica su situación dada la recesión que afecta a la economía interna.
La Cimcc puso en alerta esta situación, ya que en Argentina sólo quedaron dos fábricas de camiones, de las cuales sólo Iveco tiene un alto componente nacional, ya que Mercedes Benz importa las unidades desarmadas (en CKD) y las ensambla en el país. Desde mediados del año pasado, el Gobierno nacional y la Provincia vienen impulsando medidas que busca paliar la situación, como créditos para la compra de unidades nacionales. Pero no surtieron efecto.