El caprichoso y peligroso juego que Juntos por el Cambio propone en la Cámara de Diputados es además de una estudiantina legislativa una muestra supina de la falta de madurez de una fuerza política que fue derrotada en las urnas el año pasado, que pasó de ser oficialismo a oposición y todavía no lo aceptó. Pretenden asistir personalmente a la sesión convocada para mañana, a pesar de la restricción impuesta por la pandemia.
El propio personal legislativo puso el grito en el cielo aduciendo cuestiones de seguridad sanitaria y la sesión podría fracasar por falta de recursos humanos que garanticen las sesión.
"Nosotros queremos proteger a los empleados legislativos. Que se respete el protocolo, que establece que al recinto solo pueden ingresar cuarenta diputados para mantener la distancia social, y el resto conectado de manera remota", advirtió u dirigente del gremio de empleados. "Que ingresen 116 diputados que integran el bloque de Juntos por el Cambio es una locura, una irresponsabilidad. En pleno pico de la pandemia, con 10 mil infectados por día, con focos en varias provincias. Puede ocurrir que algunos legisladores vengan con el virus al recinto, por eso exigimos que se respete el protocolo", agregó el gremialista.
A los legisladores de Juntos por el Cambio al parecer poco les importa contagiarse. Son habituales concurrentes a las marchas anticuarentena, por la libertad, contra la Reforma Judicial, a favor de Vicentin, y toda cuanta manifestación contra el Gobierno se realice. Hasta el momento se opusieron a toda iniciativa presentada por el oficialismo. Votaron en contra de la ley de alquileres, la regulación del teletrabajo, la ampliación de la moratoria impositiva y la Reforma de la Justicia.
El argumento de concurrencia es que para ellos, el temario online está vencido y es por acuerdo o nada, alegan que así se acordó. Aseguran que debe haber acuerdo para sesionar en los temas a tratar. En una cámara compuesta por 257 miembros, es muy difícil que se encuentre acuerdo total, bastaría con una sola voluntad en contra para que el Congreso no pueda funcionar. Sería una nueva categoría política, que avanza sobre lo democrático, rompe con la lógica de mayorías y minorías y amenaza con romper el funcionamiento del Parlamento nacional.
Cambiemos en realidad quiere oponerse en la cámara baja al proyecto con media sanción que viene de Senadores, quiere no dar quorum, obstaculizar su tratamiento y votarlo negativamente, bajo la excusa que "garantiza la impunidad de CFK". El presidente Alberto Fernández recibió hoy a gobernadores de Cambiemos en Olivos, hablaron de la pandemia, pero el tema reforma judicial también estuvo sobre la mesa. Fernández les puso sobre la mesa el proyecto, les dijo "tachen el artículo que ustedes crean que beneficia a Cristina y lo sacamos", nadie tomó la lapicera.
En un juego casi de chicos, no propio del momento que se vive. La agenda de temas a tratar (proyecto de promoción turística y endurecimiento de sanciones por pesca ilegal) son proyectos que lograron dictámenes de consenso.
Si dejaban las bancas vacías, "todo el rédito político sería capitalizado por el Frente de Todos", analizaron. Mientras padecemos los efectos de la pandemia, algunos ya están pensando en el 2021. Se requieren gestos de grandeza y no chiquilinadas que obstruyan el funcionamiento del legislativo, aunque a veces toque perder. La gente el año próximo tendrá oportunidad de elegir nuevamente, pero estamos en 2020.
Fernando Viglierchio
(Especial para RosariNoticias)