Con anterioridad, el director del Centro Gamaleya, Alexandr Ginzburg, indicó que para el diciembre próximo o enero de 2021, el país producirá mensualmente cinco millones de dosis de la vacuna y que en curso de un año podrá cubrir toda las necesidades de este preparado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió con cautela la noticia de que Rusia había registrado la primera vacuna del mundo contra la COVID-19, señalando que ésta, como el resto, deberán seguir los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo.
La vacuna rusa no figuraba entre las seis que, según señaló la OMS la semana pasada, estaban más avanzadas. Causó preocupación mundial y los inmunólogos advirtieron que no hay forma de saber que es segura y, mucho menos, efectiva.
El organismo con sede en Ginebra había citado entre esas seis a tres candidatas a vacunas desarrolladas por laboratorios chinos, dos estadounidenses (de las farmacéuticas Pfizer y Moderna) y la británica desarrollada por AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford.
A día de hoy, Rusia acumula 917.884 casos de COVID-19 y 15.617 fallecimientos por esta enfermedad.