Con la fecha tentativa de regreso de la competencia local entre el 9 y 16 de octubre (¿será la definitiva?), los equipos de la ciudad se preparan para el reinicio. Con características diferentes, repararemos como podrían llegar a ser sus retornos al verde césped. Luego de seis meses de inactividad, y a pesar de no haber aún confirmación oficial, todo parece indicar que la vuelta del fútbol argentino podría darse a mediados del mes próximo.
Si eso parara, Central y Newell’s volverían a hacer rodar la pelota tras un largo parate, con el 16 y 15 de marzo como últimos días en que vieron actividad profesional, respectivamente.
Desde agosto los conjuntos rosarinos, y todos los de primera división más Tigre, están entrenando, todavía sin contacto con el balón ni plantel completo. Medir la intensidad de las prácticas es imposible, aunque uno puede suponer que con el correr de las semanas las mismas han ido incrementando su exigencia. No hay dudas que las condiciones están lejos de ser las ideales.
A pesar de eso, tanto el Kily González como Frank Kudelka van pergeñando nombres y esquemas para cuando toque volver al ruedo.
Por el lado del Canalla, la realidad asoma compleja. Una situación económica delicada, que ha influido en el mercado de pases que lleva realizando la institución, junto a lo que parece ser un plantel corto, con pocos jugadores de experiencia y varios juveniles que no han visto un minuto en la máxima categoría. González tendrá que ingeniárselas para armar una formación competitiva.
La comisión directiva no ha facilitado en nada las cosas, llena de contradicciones y disputas internas entre sus miembros, y una visible incapacidad en materia futbolística.
Yendo a los nombres, Central perdió varios jugadores respecto al torneo pasado, algunos referentes importantes.
Marco Ruben, Jeremías Ledesma, Joaquín Pererya, Ciro Rius, Claudio Riaño, Sebastián Ribas y Nicolás Colazo ya no están en el club, y se podrían sumar Federico Martínez y Cristian González. Tanto el entrenador como la dirigencia confían en que los reemplazos están dentro.
Se incorporaron Emiliano Vecchio, Jonathan Bottinelli y Fernando Torrent, y salvo este último, los dos anteriores no generan grandes expectativas. El tiempo dirá si tienen razón o no. Como dice el dicho, en la cancha se ven los pingos. A priori, muchas ilusiones para hacerse no hay.
En el Parque la sensación podría ser la contraria. Newell’s mantuvo la base del campeonato anterior, la misma que no solo lo llevó a olvidarse del descenso, sino a sacar boleto para la Copa Sudamericana 2021, un objetivo más que tentador. Material hay.
En lo financiero, el panorama se ve más claro que hace unos años.
Con una mezcla de experiencia y juventud, Kudelka puede armar un once interesante, con recambio a la altura.
Los hombres de la casa como Pablo Pérez, Mauro Formica, Maxi Rodriguez e Ignacio Scocco (en su regreso) serán fundamentales, ellos deben ser quienes indiquen el rumbo. A ellos se pueden incorporar Alan Aguerre, Santiago Gentiletti y Julián Fernández, hombres que han dado la talla y brindan seguridad, más la dinámica y juego que aportan Aníbal Moreno y Jerónimo Cacciabue (si alguno no es vendido).
Si es cierto que podría sentir la reciente baja de Cristian Lema, un pilar en la última Superliga, que aseguraba presencia en las dos áreas y pelota parada, habrá que esperar si Manuel Guanini, el primero de los refuerzos, podrá adaptarse y ocupar su lugar de la mejor manera.
En la previa, se puede vislumbrar un equipo sólido, serio, deberá demostrarlo en el campo de juego.
En definitiva, hay diferencias marcadas al menos en cuanto a nombres en ambos conjuntos, y también puede verse en el manejo dirigencial.
La pandemia ha hecho y viene haciendo estragos por todos lados, ¿será el fútbol argentino (en cuanto a nivel de juego) la excepción?, ¿responderán los clubes rosarinos después de estar tanto tiempo parados?, respuestas que solo llegarán cuando esté en acción esta pasión de nuevo, si es que se produce en el 2020.
Paulo Viglierchio
(Especial para RosariNoticias)
