Que el Multimedios Clarín y el enorme conglomerado de espacios de aire televisivo, radial y papel prensa, mantienen una línea editorial contraria el Gobierno nacional a esta altura no es ninguna novedad y ya no sorprende a nadie. Las noticias en los medios afines al Grupo son claramente tendenciosas en la crítica al accionar del espacio político que ejerce el poder en la Argentina. Además, los espacios donde se ejerce crítica y los que supuestamente se brinda información difieren bastante de ser equitativos. Hoy sobrepasaron los límites de lo imaginado hasta el momento.
Dedicó una página completa de su diario directamente a "explicarle" al Gobierno que el camino a la destitución está abierto, por si no lo había comprendido todavía y que será al sonar de las cacerolas, elemento persuasorio de gobiernos débiles que ya sacó alguno por los aires. Venía anunciando el ex presidente Duhalde <un viejo aliado licuador de deudas del Grupo> que después adujo que estaba loco y desvariaba, y ayer aparentemente volvió en sí y dijo que veía a Fernández groggi como De la Rúa, un viejo conocido suyo.
Después la Policía Bonaerense que al pitazo de la mediática asesora de Cambiemos, Florencia Arrieto <que lo sabía todo y así lo dijo por los medios> rodeó la quinta de Olivos en un supuesto y justo reclamo salarial encabezado por militantes de esa fuerza política que no ameritaba semejante afrenta, y ahora, el principal medio periodístico del país, saliéndose completamente de rol dedica una página completa a la amenaza destitutoria. Juntos por el Cambio no repudió la asonada policial, sólo algún sector progresista de la UCR y no me refiero acá a los aliados habituales del Frente de Todos.
Después, la jefa del PRO, y ex ministra de Seguridad del ex presidente Mauricio Macri, Patricia Bullrich Pueyrredón, todavía con el respirador colgando de sus pulmones tras pasar varios días internada por haber contraído coronavirus dijo que "mucha gente los pensaba a ellos como alternativa de Gobierno para el 2021"... y no fue un error de cálculo de fechas, u otro desvarío por convalecencia, lo ratificó sin pudor. Golpismo explícito, liso y llano, antidemocrático por donde se lo mire. Que el principal partido de la oposición esté abogando por la caída del régimen constitucional no suena muy republicano y democrático que digamos, pero en fin..., después se embanderan en la celeste y blanca y dicen oponerse a una dictadura, la historia ya la conocemos.
Si alguien podía pensar que en la Argentina, tras el desastre económico e híper endeudamiento heredado de la administración anterior, el actual gobierno podría gozar de los famosos cien días de gracia, que tiene todo gobierno, en cualquier lugar del mundo, donde se supone que se está acomodando, y que los partidos de la oposición y la gente le otorgan por lo general se equivocó. Ni siquiera con una pandemia de por medio se le dio a Fernández algo de respiro, la oposición tenaz y obstruccionista, política y mediática comenzó al otro día de asumir. El 11 de diciembre ya tenía armado el conglomerado opositor en cuclillas esperando para saltarle a la yugular. Hasta el Congreso pretenden cerrarle por estos días para obligarlo a gobernar por DNU y reforzar la teoría de la tiranía, modo en que llaman a las mayorías que no les pertenecen.
"El Gran Diario Argentino", como se autodefine Clarín tiene en su haber todo un historial de antiperonismo. Su posición siempre fue bien marcada. En cuanto a antecedentes recientes, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ejerció un rol fundamental en el armado de causas penales contra la administración y sus funcionarios, que después se fueron desvaneciendo como pompas de jabón, decía una canción muy recordada de Sui Géneris. Junto a La Nación fueron la principal fuente de inspiración de los jueces de Comodoro Py para perseguir, encarcelar, espiar y condenar a miembros de la oposición.
Pero no venía de allí, sino de mucho antes, el mismísimo Juan Perón tuvo que afrontar la oposición mediática de Clarín que convirtió cada decisión suya en un escándalo y colaboró activamente en la conformación mediática que se estaba viviendo bajo "una tiranía". Esto no lo invento yo, lo admitió Clarín, en su propia Editorial, una vez depuesto el general por la Revolución Fusiladora. A las pruebas me remito.
Por Fernando Paulo Viglierchio
(Especial para RosariNoticias)
