Así lo adelantaron ayer fuentes oficiales, quienes dijeron que en su mensaje, de unos 15 minutos, Fernández denunciará el endeudamiento externo "tóxico e irresponsable" de los países con "fines especulativos"; agradecerá el apoyo de la comunidad internacional en la renegociación de la deuda y adelantará que las conversaciones con el FMI se encararán "responsablemente", en un marco de respeto de la Argentina por los compromisos contraídos.
Fernández, quien por primera vez participará de una reunión de la ONU desde que asumió al frente del Poder Ejecutivo, será el décimo orador en la jornada inicial de deliberaciones, en las que además se celebrará el 75 aniversario de la creación del organismo internacional, aunque en esta oportunidad con una dinámica virtual inédita debido a la pandemia de Covid-19.
Se estima que el mensaje será difundido en la Sala de la Asamblea entre las 18 y las 19, debido al orden de los oradores, entre los que se encuentran los mandatarios de México, Colombia, Uruguay y Perú, cuyos discursos también fueron enviados ya grabados, según se acordó, para ajustarse a las disposiciones de seguridad sanitarias sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los voceros indicaron que en su mensaje Fernández expresará su "esperanza" para que la solidaridad, el diálogo y la cooperación entre naciones sea el camino para superar la pandemia que ha profundizado la pobreza, el hambre y la desigualdad en el mundo, al tiempo que resaltará la prédica del papa Francisco para recrear un multilateralismo basado en la solidaridad.
También agradecerá el apoyo de la comunidad internacional para arribar a una solución por la deuda externa y que las negociaciones con el FMI se encararán "de forma responsable" y "respetuosa" de los compromisos contraídos, pero evitando poner en riesgo las condiciones que permitan la reactivación económica y la construcción de un sendero de desarrollo inclusivo y sostenible en nuestro país.
Fernández remarcará que para "volver a poner al mundo de pie" hay que empezar por los "últimos para llegar a todos", y en el marco de la pospandemia abogará por construir puentes entre personas, entre naciones, para construir una vacuna contra la injusticia social, la depredación ambiental y la discriminación en todas sus formas.
El presidente subrayará en otro pasaje de su discurso -dijeron los portavoces- que es imprescindible dinamizar la capacidad de las Naciones Unidas para promover políticas económicas, industriales y sociales orientadas al cambio estructural de nuestras economías, condenará los bloqueos económicos y el terrorismo, y profundizará su compromiso con la agenda ambiental y los Derechos Humanos.
Las fuentes añadieron que Fernández se comprometerá a trabajar contra la desigualdad de género, y reafirmará los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, los cuales forman parte integrante del territorio nacional argentino, y que están ocupados ilegalmente por el Reino Unido desde hace ya más de 187 años.
Este año, y por primera vez en los 75 años de actuación a partir de su creación en 1945, la ONU debió cancelar la cita diplomática que se realiza anualmente el tercer martes del mes de setiembre en su sede en Nueva York, y sin la presencia física de los jefes de Estado y de Gobierno que integran el organismo, aunque concurrirán sus delegados a la Sala de la Asamblea, se escucharán los discursos.
La Asamblea transitará esta vez con un clima muy distinto al que todos los años caracteriza a la reunión anual, por la que desfilan por el edificio de Manhattan comitivas de los 193 países que integran las Naciones Unidas, y la prensa de todo el mundo, por la imposibilidad de los líderes de cruzarse y dialogar en los pasillos del edificio de la ONU, una particularidad central de la cita.
Este lunes el secretario general de la ONU, António Guterres, encabezó la inauguración de una cumbre virtual para conmemorar el 75 aniversario de la organización, en la cual hizo un llamado a reforzar la cooperación entre Estados ante desafíos como el coronavirus y la crisis climática, con la aclaración de que no se busca suplantar a los Gobiernos.