Un amplio operativo tenazas se lanzó en las últimas horas desde las diferentes intendencias de la provincia para tratar de evitar un nuevo paro de trabajadores municipales que comenzará mañana por 72 horas. La ofensiva incluye a los intendentes, presidentes comunales, el Ministerio de Trabajo de la Provincia y los medios de comunicación, que pauta mediante, defienden al empleador y nunca a los trabajadores. Maximizan la propuesta de incremento salarial ofrecida y amenazan con descontar los días de paro.
El Ministerio de Trabajo, que no tiene injerencia directa en la materia, porque se trata de un conflicto que le es ajeno, también aportó lo suyo. En esto de apagar incendios con combustible les recordó a los gremios que los Departamentos Ejecutivos respectivos podrían descontar los días no trabajados y los gremios sufrir sanciones de no acatar la probable conciliación obligatoria que dictarán con seguridad en las próximas horas.
Algunos medios de comunicación empezaron a tallar sobre "lo inoportuno" de la medida de fuerza, increpando a los trabajadores sobre si no se daban cuenta "del privilegio" que tenías por ser empleados públicos y cobrar todos los meses en medio de una pandemia, como si eso implicara de llamo tener que renunciar a sus derechos, aceptar ser el pato de la boda y bancar con la pérdida del poder adquisitivo de su salario los efectos devastadores de la crisis sanitaria. Es cierto, hay emergencia, nadie podría negarlo, pero tampoco que los tributos municipales aumentaron en diciembre en el orden del 30 o 40%, antes de la pandemia.
Los gremios, que no tuvieron aumento salarial en el año, recibieron con desánimo la propuesta salarial la última vez que se reunió la Paritaria porque la misma giró nuevamente en el otorgamiento de sumas en negro. En blanco, sólo se ofreció un 10% remunerativo, pero no bonificable, es decir que se aplica sólo al salario básico de la categoría y no al resto de los items que los trabajadores reciben. Podría estimarse que el salario básico representa entre un 40 o 50% de lo que cobran la mayoría de los trabajadores.
Después, ascendentemente se van sumando cifras no bonificables que no van ni a la Caja de Jubilaciones, ni a la Obra Social ni llegan a los jubilados, hasta llegar en diciembre al 25% en un año que según se estima tendrá el 40% de inflación. Es decir que en enero de 2021, los miles de trabajadores municipales de la provincia habrán recibido un 10% de aumento salarial en todo el 2020, el resto de lo otorgado, fueron cifras que no modificaron su salario en lo porcentual.
Entre los trabajadores municipales de Rosario por ejemplo, casi el 40% pertenecen al área de Salud y está de más explicar los esfuerzos que vienen realizando desde que se desató la pandemia. Otros pertenecen a diferentes organismos de Control, que también vieron incrementada su labor igual de muchos de áreas que tienen que ver con lo social y asistencial. Javkin había señalado el fin de semana que el tema "debía terminarse", y se pensaban que mejoraría la pobre oferta, teniendo en cuenta que aunque se aumente hoy, nadie puede recomponer el entre 2 y 3% que se perdió mes a mes a lo largo del año, pero no, al parecer la estrategia era otra, apretar a los gremios junto a sus pares de la provincia para doblegarlos.
Resta saber que actitud toma la FESTRAM, si redobla la apuesta o comienza a dar un paso atrás y reencauza la negociación como gesto conciliador, tratando de mejorar en algo la propuesta, que mucho dista de ser satisfactoria. La finanzas de los municipios y comunas están acotadas, pero el bolsillo de sus trabajadores también. Dicen por ahí que el mejor acuerdo es el que no se hace, pero a veces... la cornisa no tiene retorno y tirar demasiado de la cuerda podría ser peligroso.
