Rosario Central igualó 0 a 0 con 12 de octubre de Paraguay en el Florencio Sola de Banfield y de eta forma se adjudicó el Grupo A de la Copa Sudamericana. La victoria de San Lorenzo ante Huachipato en Chile le dio la tranquilidad al elenco auriazul para no tener que preocuparse por el resultado, no puso el pie en el acelerador, y se limitó a dejar correr los minutos.
Central entró al partido relajado, pensando que 12 de octubre llegaba eliminado, y por eso no jugaría con enjundia, y que todo sería un mero trámite, pero se equivocó. Aún con sus limitaciones a cuestas, los visitantes dominaron los primeros treinta minutos, donde el Canalla no llegó al arco contrario y siempre les regaló la pelota mostrando una imprecisión llamativa.
El elenco guaraní sí tuvo una clara, que se fue apenas desviada por el palo izquierdo de Fatu Broun. Martínez, que ya estaba amonestado desde los 3' minutos por un codazo de roja dejó la cancha a los 20' para evitar una expulsión, ya que el delantero Salinas, que se volcaba por su sector lo tenía a maltraer, al punto que Almada, también vio la amarilla por detenerlo con violencia.
Impreciso, nervioso, sin juego asociado, los del Kily González necesitaron que llegaran noticias favorables tras la cordillera para bajar un cambio. San Lorenzo vencía a Huachipato y eso dejaba a Central adentro, aún perdiendo. Allí Ávila probó al arquero por primera vez, llovieron un par de centros comprometidos y se tuvo dominio del campo y el balón. Sin dudas se jugó un mal primer tiempo, lejos de lo peor que hizo Central en el último tramo del certamen continental.
El segundo tiempo estuvo de más, salvo por un cabezazo de Ruben que el arquero detuvo con esfuerzo, después firmaron un pacto de no agresión y nunca más los arqueros tuvieron que intervenir. Como si se tratase de los típicos partidos arreglados de los mundiales en que ambos equipos dejan afuera a un rival que no está en cancha, se prestaron la pelota sin volver a profundizar.
San Lorenzo hizo el gasto en Chile y Central no necesitó ni transpirar para pasar a la próxima fase. 12 de octubre, que casi no viene a jugar porque sus jugadores no habían cobrado, ni siquiera intentó marcar un gol, que lo hubiera dejado segundo en su grupo, algo que tampoco cambiaba nada. Central, que clasificaba incluso perdiendo por el triunfo del Ciclón, no volvió a patear al arco.
Ahora el Canalla se va de vacaciones hasta mediados de junio con la tranquilidad del deber cumplido. Se ganó el clásico con holgura, se estuvo cerca de clasificar a la otra ronda del torneo local y se pasó a octavos de la Copa Sudamericana. Kily González, que estuvo a punto de dejar su cargo, consiguió el oxígeno necesario para ver la Copa América desde Arroyo Seco, planeando el Central del segundo semestre.
