El Canalla sacó adelante un partido que se presentó difícil desde el mismo comienzo. Lucas Martínez Dupuy cometió dos faltas en nueve minutos y el árbitro brasileño los expulsó, tras sacarle la segunda amarilla. Los tantos del partido fueron convertidos por Altamirano y Zabala, uno en cada tiempo.
Con un hombre menos durante más de 80 minutos, Central se las arregló para poder igualar jugando una gran segunda etapa. El hombre de más por momentos no se notó, gracias a la entrega del equipo auriazul. Con un gran partido de Pupi Ferreyra y Zabala, el elenco del Kily se hizo un equipo largo, que no eligió meterse atrás para defender.
El tanto de los locales llegó gracias a un error de Almada, que en su intención de no cometer penal pasó de largo y regaló el balón para que desde un centro atrás se convirtió en la apertura del marcador. El visitante no había arrimado peligro en la primera parte, solo algún remate desde afuera del área, más allá de haber cubierto bien los espacios.
Tras ir en desventaja, no le quedó otra que arriesgar, no servía perder por poco, y así lo entendió el equipo, que arriesgó más. Ferreira y Lucas Gamba estuvieron muy cerca de marcar, con remates desde afuera y el local se empezó a preocupar. Central se hizo dueño de la pelota, la comenzó a distribuir con mayor criterio y el gol del empate estaba al caer.
Pupi recuperó una pelota en tres cuartos de cancha, alargó para Marinelli que desbordó a su defensor, levantó la cabeza y se la puso al uruguayo justa en la frente para marcar la igualdad. Siguió buscando Central algunos minutos más, hasta que las piernas dijeron basta.
Kily metió cambios que no entraron nunca en partido, perdió la pelota y lo terminó sufriendo. Fatu Broun, que ya había tenido una gran actuación se lució en la última ahogando el grito agónico de Huachipato en la misma línea. Central se trajo un buen empate con sabor a triunfo, sobre todo por la diferencia numérica, que el local no supo hacer pesar.
FOTO ROSARIO CENTRAL