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La cantidad de trabajadores pobres aumentó 76% en tres años en el país

 


La última década no ha sido un canto de alegría para el empleo en la Argentina, debido al estancamiento económico, pero los últimos tres años fueron directamente una tragedia porque además de que se perdieron miles de puestos de trabajo formales y no registrados, hubo un empobrecimiento de aquellos que pudieron conservar su empleo. Es que sólo entre 2018 y 2020 el porcentaje de trabajadores pobres pasó de 15,5% a 27,4% del total. 

Si se comparan cantidades, hubo un salto del 77%. Y aquellos que ni siquiera superan el umbral de la indigencia, pasaron de ser el 1,9% al 4,4%, por lo que más que se duplicaron. En este tiempo hubo contracción del Producto Bruto Interno (PBI) y se disparó la inflación, alcanzando el 53,8% en 2019, un récord en tres décadas. 

El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) presentó el documento estadístico: “Efectos de la pandemia COVID-19 sobre la dinámica del trabajo en la Argentina urbana. Una mirada crítica sobre el impacto heterogéneo del actual escenario tras una década de estancamiento económico”. 

La presentación estuvo a cargo de los investigadores Eduardo Donza, Santiago Poy y Agustín Salvia. Poy y Salvia explicaron que la evolución de la pobreza entre los trabajadores en la Argentina urbana entre 2010 y 2020 ha seguido una pauta “coherente con la dinámica macroeconómica del país”. 

En un marco de mejora de los ingresos laborales reales, entre 2010 y 2012 se redujo la proporción de trabajadores pobres hasta alcanzar su nivel más bajo en toda la serie considerada (pasó de 17,7% a 11,5%). 

A partir de entonces, el carácter errático de la evolución macroeconómica, la alta inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos laborales impactaron de manera directa. Entre 2013 y 2016, la pobreza pasó a afectar al 18,2% de los trabajadores. 

Tras una mejora en 2017, la crisis económica iniciada en abril de 2018 marcó un punto de inflexión en esta evolución negativa, que se profundizó en 2019 y, posteriormente, a partir de la irrupción de la pandemia y la crisis derivada del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO). 

Uno de los elementos que subyace a esta evolución es la fuerte reducción real de los ingresos laborales, que entre 2017 y 2020 se estima en 18,8%. Si observa un período más extenso hacia atrás, se obtiene que: si en 2010 un trabajador ganaba 42.828 pesos, hoy su ingreso en promedio es equivalente a 33.257 pesos en términos constantes. El poder adquisitivo se le desplomó 22,3%.


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