El volante Rodrigo de Paul denunció en la conferencia de prensa brindada ayer tras el triunfo de Argentina frente a Chile en Calama los malos tratos recibidos por parte de la "hospitalidad" brindada al plantel durante su estadía en el país trasandino.
A las injustificadas demoras en el aeropuerto, por más de tres horas para requisar equipajes, sin permitirles ni siquiera ir al baño, le siguieron otras irregularidades en la concentración albiceleste.
Con una temperatura de 30°, los aires acondicionados de la habitaciones no funcionaban, los jugadores debieron descansar con la ventanas abiertas, mientras sonaban sirenas para impedirles conciliar el sueño. Además se les cortó el suministro de agua.
Estas prácticas, tan comunes en la disputa de la Copa Libertadores, no son frecuentes en selecciones nacionales. El jugador argentino bregó por su finalización y reclamó que el país no haga lo mismo con ninguna selección que visite el país. Quedó a la vista que no garantizan resultados.
