Rusia y Bielorrusia están extendiendo los ejercicios militares que debían finalizar este domingo, en un paso que intensifica aún más la presión sobre Ucrania mientras los líderes occidentales advierten sobre una inminente invasión.
La decisión de extender los simulacros se tomó debido a la actividad militar cerca de las fronteras de Rusia y Bielorrusia y una escalada de la situación en la región de Donbass, en el este de Ucrania.
La OTAN dice que Rusia tiene hasta 30.000 soldados en Bielorrusia y podría usarlos como parte de una fuerza de invasión para atacar Ucrania. Moscú niega tal intención.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que las repetidas advertencias de Occidente de que Rusia estaba a punto de invadir Ucrania eran provocativas y podrían tener consecuencias adversas, sin dar detalles.