Tigre expuso todas las falencias de Rosario Central y lo venció por 2 a 0 en Victoria. El Canalla no jugó a nada y El Matador pudo golearlo. Servio y los palos evitaron una derrota más abultada. El equipo de Somoza no pateó al arco. Preocupante realidad del elenco de Arroyito.
Jugaron un primer tiempo aburrido, de escasas situaciones de gol frente a los arcos, y demasiado recorrido físico. El campo de juego estaba difícil, había llovido y la cancha no dejaba hacer pie. Central se cargó de dos amonestaciones pronto, Benítez y Montoya fueron amonestados por cortar con falta antes de los '15.
El elenco de Somoza se mostró ordenado en defensa, intentando presión alta en los primeros minutos aunque el planteo no resultó claro. Ruben demasiado aislado, Infantino flotando por toda la mitad de la cancha, Vecchio tratando de darle buen destino al balón y Blanco y Martínez proyectándose a cuentagotas.
Fue una etapa chata, sin emociones, quedó la sensación que el mayor peligro podía llegar por algún error debido al mal estado del campo de juego que por alguna virtud de los elencos, que por cierto no las tuvieron. Muy poco de juego ofensivo, dientes apretados, y poco juego.
Las cosas comenzaron a cambiar en el comienzo mismo de la segunda etapa. Báez, de los más firmes de las defensa cometió un claro penal al tocar la pelota con la mano y Magnín cambio por gol venciendo a Servio con violento remate. Tigre no había hecho mucho hasta ahí, pero luego del gol mostró lo mejor de su juego. Central cae notoriamente en las segundas etapas y es ahí donde indefectiblemente pierde los partidos, la merma física es notoria e indisimulable.
Lejos de reaccionar el elenco auriazul cayó en un pozo enorme, no logró elaborar una sola jugada de gol para arrimarse al empate, la pelota la tenían más los marcadores centrales con pases laterales que mediocampistas y delanteros. Somoza mostró falta de personalidad y oficio para intentar torcer el rumbo.
Vecchio bajaba hasta su campo para jugar con los centrales, el DT sacó a Ojeda, quedaron los amonestados Montoya y Benítez formando una especie de doble cinco, ingresó Martínez Dupuy, al que solo se lo vio en televisión cuando entró, ya que no tocó la pelota. El equipo nunca entendió el planteo del entrenador, nunca encontró el rumbo, jugó pero que en cualquier partido del Kily González y luego, lógicamente llegó el segundo y definitivo.
Tras gran jugada colectiva, en la que incluso le ceden el balón de taco a Blondel para marcar el segundo tras fusilar a Servio. Victoria explotó de júbilo, Tigre pudo incluso marcar el tercero de cabeza y con un disparo que se estrelló en el palo. El resultado final dejó gusto a poco. La primera etapa, que fue mala al menos no mostró tamaña diferencia entre ambos equipos.
El Central de Somoza tropezó feo, fue un equipo improvisado, que nunca supo a que jugar, con actuaciones individuales bajísimas, y colectivas para el aplazo. No tuvo situaciones de gol en todo el partido, lo perdió desde los '5 del segundo tiempo y no pateó ni siquiera desde afuera del área, no tuvo un córner a favor y el arquero local, ni un saque de arco tuvo que patear, salvo en una aislada "llegada" de Ruben que se fue dos metros afuera.
Si el entrenador no se anima a meter mano profunda en el equipo y pone 4 o 5 pibes a ganarse un puesto, el próximo viernes en el Gigante la gente va a explotar, no importa que lleve un partido al mando, la paciencia se agotó, el equipo mostró su peor cara, jugó a no jugar, no atacó, no defendió y pareció tirado en la cancha. Varios "titulares" creen que juegan por el apellido, y hoy al fútbol se juega de otra forma. Varios no parecen estar a la altura de vestir esta camiseta.