En el día de ayer, la reunión de la comisión de Planeamiento y Urbanismo se trasladó al recinto de sesiones “Raún Ricardo Alfonsín”, ámbito en el que estuvieron presentes referentes de distintos barrios populares de Rosario. Asistieron vecinas y vecinos de Casiano Casas, Cañaveral, Las Flores, La Paloma, Tablada, Mangrullo, Nuevo Alberdi, Ciudad Oculta, Alvear, La Cariñosa, La Lagunita, Empalme Graneros y 27 de Febrero.
Estuvieron asimismo Jesica Pellegrini y Pedro Salinas, de Ciudad Futura; María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular; Julia Eva Irigoitia, de Todos Hacemos Rosario; Verónica Irizar, del bloque Socialista, y el titular de la Oficina Municipal del Consumidor, Antonio Salinas.
La actividad estuvo encabezada por Juan Monteverde, de Ciudad Futura, quien explicó las distintas instancias de tratamiento que se llevaron a cabo desde la Aceleradora para la Urbanización de Barrios Populares.
“El rol de la Aceleradora es darle voz a aquellos que padecen lo que les falta en sus territorios y quienes muchas veces tienen las ideas y las soluciones”, afirmó el concejal.
Y luego continuó: “El objetivo es que desde la comisión de Planeamiento podamos desarrollar algunos proyectos de una manera más operativa, por los aportes que traen ustedes desde sus barrios.”
Luego se dio la palabra a los protagonistas que se encontraban sentados en las bancas de los concejales. Javi, de Casiano Casas, planteó la necesidad de que el barrio cuente con un mejor servicio de alumbrado, demanda que también la amplió a limpieza de zanjas y recolección de residuos porque “quedaron muy a la deriva”.
María, de Alvear, relató sobrr los problemas que sufren los vecinos y vecinas por la falta de obras de saneamiento.
“Es muy feo ser pobre y encima no tener cloacas”, apuntó y recordó que ese es el barrio de la zona que quedó excluído de esas obras.
Viviana, de La Cariñosa, se refirió a la necesidad de contar con servicio de agua potable.
“Hay vecinos que hicieron perforación, pero sabemos que esa agua no sirve para beber, solo para bañarse y limpieza”, dijo y señaló que cuentan con una cuba que los asiste, pero solo una vez por semana. Luego relató la situación que afecta a comedores y merenderos que, ante la falta de agua, a veces no pueden cocinar, más “en momentos de tanta necesidad”.
Asimismo agregó que “ni siquiera entra el que vende el bidón” y sostuvo “es horrible vivir así. Queremos darle una vida digna a nuestros hijos”.
Por su parte Sandra, de barrio Tablada, aseveró que el “mayor problema es la inseguridad, la situación que se vive minuto a minuto”.
También indicó que “muchas familias no tienen una vivienda digna ni agua en lugares esenciales, como el baño y la cocina”, para mencionar asimismo que “las cloacas son inexistentes y la falta de iluminación agrava el tema seguridad”.
De igual modo Sandra sostuvo que desde la organización que integra, Nuestra América, “tenemos 3 comedores colmados, la demanda es cada vez más grande” y precisó que entregan 2.380 raciones por día.
Hizo también referencia a la presencia de basurales y consignó que “no llegan los recolectores”.
Sabrina, de barrio Las Flores, resaltó que “el 97 por ciento de quienes vivimos en barrios populares no tenemos agua potable”, sumó a ello la falta de cloacas y los inconvenientes con la provisión de energía eléctrica.
Planteó la necesidad que “el Estado en los diferentes niveles, Nación, provincia y municipio, coordinen acciones”, y destacó acerca del agua potable que se trabaja para el funcionamiento de “un tanque, una cisterna y electrobombas”.
Asimismo destacó Sabrina la tarea conjunta “con la Escuela Técnica Nº 407, la Secretaría de Integración Socio Urbana (Sisu), Aguas Santafesinas (Assa) y la comunidad”.
La concejala Irigoitia, ratificó la realización en ese barrio de un Proyecto de Obras Tempranas (POT) en el marco de los trabajos en sitios que integran el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap).
Mientras que el edil Monteverde dijo que “me parece interesante que empiecen a aparecer las escuelas técnicas”.
María, de Ciudad Oculta, también coincidió con otros participantes respecto al problema del agua potable, en este caso “para casi 300 personas” y mencionó que hace algunos meses se incendiaron 3 casas y “no había agua para apagar el fuego”.
Precisó que el barrio queda entre la ex Zona Cero –hoy Fontanarrosa- y barrio Olímpico.
Mariana, de barrio La Paloma, consignó como uno de los problemas principales “el basural” al lado del arroyo Saladillo, a los que sumó “volquetes que rebalsan de basura, cloacas rotas o tapadas, la situación con el agua potable, la falta de iluminación y la inseguridad”.
Pidió “hacer algo con el microbasural sobre el arroyo Saladillo”.
En tanto Marcelo, también de La Paloma, coincidió en que “se está contaminando cada vez más” la zona con el basural y remarcó que “todos saben que el arroyo Saladillo está contaminado” por quienes arrojan sus efluentes al mismo, para indicar que “nací y me crié en el barrio y antes veía como nadaban los peces” por el curso de agua. Requirió construir “alguna contención de mampostería” para los residuos.
A su turno una habitante de El Mangrullo, reclamó por los problemas en la provisión de energía eléctrica y por ejemplo situación de columnas, respecto a o cual hizo referencia a la Empresa Provincial de la Energía (EPE).
También mencionó la situación de “calles deterioradas” y mencionó que la baja altura de los cables dificulta el ingreso de los camiones de recolección de residuos. Igualmente consignó lo relativo al denominado “barrio Chino”, donde viven 150 familias, “con agua servida en los pasillos, cloacas tapadas” y la falta de agua potable.
Juliana, de la zona rural de Nuevo Alberdi, consignó igual problemática, la falta de agua potable, y dijo que “hace 20 años, 7.200 días, dos décadas, que tenemos problemas con el agua”.
Dijo que es “un área apta para cultivar alimentos” pero requieren el agua y “una estructura de distribución” de la misma.
Mary, de barrio Alvear, consignó que “son problemáticas similares”, dado que “no hay agua para 100 familias”.
Dijo que “se han roto las canillas del tanque” que criticó que no se lo llena. Agregó la cuestión de la energía eléctrica y de la falta de desagües, respecto a ello dijo que “cada desagote de un pozo orilla los 5.000 pesos”.
En su intervención Susana, conocida, según precisó como “La Susi”, de Empalme Graneros, dijo que “hace 30 años que vivo en Empalme y nunca tuvimos agua, para marcar que se está trabajando respecto a “luz segura”.
FUENTE CM