En su primera comunicación pública, el nuevo rey de Gran Bretaña describió la muerte de su madre, la reina Isabel, como un momento de "máxima tristeza".
Así lo aseguró en un comunicado emitido el jueves por el Palacio de Buckingham, minutos después del fallecimiento de Isabel II, de 96 años y que permaneció durante siete décadas en el trono británico.