El hallazgo de una descomunal reserva de agua en la Luna sacude a los astrónomos. El análisis de muestras enviadas desde una nave china permite estimar que nuestro satélite contiene 270.000 millones de toneladas de agua, mucho más de lo que se creía hasta hoy.
Hace dos años, la sonda Chang’e 5 aterrizó en el Oceanus Procellarum, una enorme mancha oscura visible desde la Tierra, y usó un brazo robótico para tomar muestras. Después de empaquetarlas, las envió al módulo orbital que sobrevolaba la Luna, desde donde se despacharon de vuelta hasta acá.
Las muestras contenían vidrios de impacto: granos de colores formados tras el choque de meteoritos, que a su vez guardaban pequeñas cantidades de agua.
Cuando el sol impacta a esos granos sobre la superficie lunar, libera vapor de agua, que tiende a permanecer en los lugares más fríos y oscuros.
En esas regiones, en especial el polo sur, aterrizarán -quizá a fines de esta década- las misiones tripuladas que lo usarán como sustento de colonos y materia prima para el combustible de cohetes, con los que más adelante se buscará llegar a Marte.