Por la fecha 13 de la Liga Profesional, Rosario Central y Boca Juniors igualaron 2 a 2 en el Gigante de Arroyito. Los goles del emotivo encuentro fueron convertidos por Giaccone y Véliz para el Canalla y las sendas igualdades boquenses por Pallero y Figal, en la última jugada del partido.
Central jugó mejor la primera etapa y se fue a los vestuarios ganándola con justicia. Comenzó con un buen cabezazo de Véliz, tras un córner que fue bien contenido por Romero. Enseguida Boca se hizo del balón, con Pool Fernández manejando los hilos y Villa marcando diferencias a pura velocidad. Ortíz y Montoya no eran suficientes para frenar la embestida de los de Almirón.
Por eso Campaz y Giaccone bajaban unos metros para asociarse con los volantes, dejando de lado su función ofensiva. El colombiano tuvo una clara, tras un buen centro desde la derecha la agarró de volea y sacó un zurdazo que Chiquito logró desviar al córner. Boca no era claro y llegaba solo con disparos desde afuera del área y no lograba inquietar a Broun.
Montoya divisó en el radar a Giaccone, que le ganaba la espalda a Barco, el volante le propuso el pie a pie, amagó a ir por afuera y cuando el defensor fue a cubrir esa posibilidad enganchó para adentro y con un violento zurdazo le explotó el arco a Romero para marcar el 1 a 0.
Boca no pudo reaccionar, Central se hizo de los tiempos y la pelota, fue durmiendo el partido hasta llevar las cosas a la finalización de la etapa, manteniendo al rival lejos de Fatu, prioritario a la hora de sostener el resultado. Fue emotivo, con alguna pierna fuerte, y poca claridad a la hora de generar mayor peligro.
El segundo tiempo estuvo pleno de emociones, faltas, demoras, peleas y ambos técnicos expulsados en diferentes momentos. Central jugó mejor los primeros minutos, debió definirlo, con otra jugada de Giaccone, que prefirió un amague más a cederle la pelota a Campaz que estaba solo esperando para empujarla. De esa jugada Penel cobró penal, luego a instancias del VAR anuló, porque la pelota había rozado en otra parte del cuerpo antes de estrellarse en la mano del defensor Advíncula.
Central había tenido todo para poner dos goles de diferencia, pero el fútbol no siempre es justo, Boca llegó al empate con un cabezazo de Pallero anticipando a Mallo en una jugada aislada, que no reflejaba lo que hasta ahí había ocurrido en el campo de juego. Central volvió a ir con todo para buscar ponerse en ventaja, lo consiguió a través de un derechazo de Véliz, tras un centro de Campaz.
Luego llegaron demoras, lesiones, discusiones, expulsiones de los entrenadores, cambios, y otro gol de Boca. Agónico, en el décimo minuto de alargue dispuesto por Penel. Suele decir una máxima del fútbol que dos cabezazos en el área suelen terminar en gol y en la última jugada del partido el Xeneize se llevó con el cabezazo de Figal demasiado premio de un partido en el que estuvo en desventaja la mayor parte del tiempo.
La gran diferencia sin dudas se la dio el plantel, ninguno de los cambios que introdujo Miguel Russo llegó a tomar contacto con el balón en los minutos que tuvieron en cancha. La falta de recambio es uno de los mayores problemas que afronta el entrenador. Infantino, Mac Allister, Martínez Dupuy y Komar no tuvieron intervenciones en el partido.
Central se quedó nuevamente con las manos vacías, no lo pudo cerrar, como aquella noche de Tucumán de la semana pasada. Dos empates agónicos en contra en dos fechas consecutivas, demasiado castigo para un plantel corto, que con lo poco que tiene da batalla.
