Según lo relevado en el informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), 2022 concluyó con un 61,6% de los niños, niñas y adolescentes de la Argentina por debajo de la línea de la pobreza, porcentaje que refleja que unos 8,2 millones no accedía a la canasta básica total.
De ese total, 1,6 millón vivía en condiciones de indigencia (un 13,1% del total de la población de hasta 17 años).
Por otra parte, el relevamiento arrojó que el 31,4% de la población infantil y adolescente sufría de inseguridad alimentaria, entendida como el hecho de que en una familia se haya "reducido la dieta de alimentos en los últimos doce meses por problemas económicos".
En consecuencia, al momento del relevamiento 4,2 millones de personas se alimentaban peor que antes como consecuencia de la crisis económica: de ese total, 1,6 millón (12,3%) directamente sintió hambre.
Entre 2019 y 2022 creció casi 20 puntos la cantidad de niños, niñas y adolescentes cubiertos por la asistencia estatal, a través de, por ejemplo, la Tarjeta Alimentar.
Según la UCA, "el balance es positivo en términos de un proceso de recuperación en relación con el deterioro experimentado en 2020 pero es claro que se registra un piso del 30% de la población infantil que carece de una alimentación suficiente y casi la mitad de esta experimenta privaciones graves".
La protección alimentaria aún resulta "insuficiente para erradicar el problema o incluso alcanzar niveles promedio similares a los de la década 2010/2019, explica la casa de altos estudios. Sin dudas, el balance general del período 2010- 2022, en materia de acceso a la alimentación es negativo".