La actividad industrial acumuló en el primer cuatrimestre del año un incremento del 2,5% y logró la suba más alta en los últimos cinco años para ese lapso, a contramano de los pronósticos de analistas y consultoras que, en general, esperaban una contracción.
El buen desempeño la ubicó incluso por encima del nivel de actividad económica general que creció 1,5 % interanual entre enero y marzo, de acuerdo con datos del Indec (la industria subió 2,7 % en ese período).
Las líneas de financiamiento a tasa subsidiada que ofrece el Gobierno nacional, la agilización de las importaciones a partir del uso del swap con China, la robustez de la demanda local y la propensión al gasto e inversión privados en un contexto de alta inflación, son algunas de las principales razones que explican el crecimiento fabril, de acuerdo con el análisis de funcionarios, industriales pyme y especialistas.
La solidez mostrada por la industria cobra más importancia al tener en cuenta la compleja coyuntura macroeconómica, atravesada por una importante escasez de divisas a consecuencia de la sequía que desplomó las exportaciones agroindustriales.