El organismo conducido por Carlos Castagneto advirtió que firmas que operan en la provincia de Buenos Aires habían declarado por debajo de su stock real sus existencias de ganado, granos y hectáreas sembradas, por lo que deberán ingresar la diferencia en concepto del impuesto a las ganancias respecto a lo que habían declarado inicialmente.
Los ajustes por la subvaluación de la hacienda y de las materias primas fueron reconocidos por los propios contribuyentes.
Las tareas de fiscalización de las áreas especializadas en actividades agropecuarias de la AFIP recayeron en sectores que demuestran mayor capacidad contributiva con indicios de omisión del pago del impuesto a cargo.
En este caso, sobre empresas dedicadas a la producción de aceite de soja y cultivo de sus granos y el engorde de ganado bovino ubicadas en territorio bonaerense.
La DGI determinó que la subdeclaración de parte de sus tenencias al final del ejercicio generó un incremento de las ganancias obtenidas en el año verificado, generando una diferencia de impuesto a ingresar de $230 millones.
Este tipo de acciones de control tienden a asegurar la equidad contributiva, para garantizar el pago de impuestos de acuerdo a la capacidad de los contribuyentes y responsables.