Si bien las ciudades más beneficiadas fueron La Plata, Mendoza, San Juan y Santiago del Estero, sedes de la competencia, los turistas no se quedaron solo en esos lugares, sino que recorrieron desde allí ciudades vecinas, y también más alejadas en el caso de los viajeros internacionales.
Los números del sector se desglosan en: 230 mil turistas extranjeros con una estadía media de 7 días y un gasto diario de US$200 cada uno, según las cifras estimadas por el Gobierno Nacional.
Los visitantes foráneos inyectaron US$322 millones, que equivalen a $81.949 millones. A esto, se agrega los aportes que realizó la FIFA en gastos de organización, que fueron otros US$40 millones.
Los extranjeros hicieron fuertes desembolsos en indumentaria, calzado, marroquinería, joyerías, aprovechando la diferencia cambiaria.
A los turistas del exterior se sumaron 184 mil locales, que con el disparador del certamen juvenil aprovecharon a viajar a los partidos y hacer turismo. Gastaron un promedio diario de $16 mil, tuvieron una permanencia promedio de 4 días y dejaron así un impacto económico directo de $11.764 millones.
Los turistas nacionales se hicieron notar principalmente en los cuatro partidos de la Selección Argentina.
Los números no sorprenden teniendo en cuenta la dimensión del torneo: participaron 24 selecciones del mundo con 504 jugadores.
Cada equipo llegó con una comitiva de coordinadores y asistentes, además de los familiares y amigos que los siguieron.
Los partidos con más convocatoria fueron los que jugó la Albiceleste, que lo hicieron a estadio completo, en Santiago del Estero y San Juan, y los de las rondas a partir de cuartos de finales.