San Lorenzo de Almagro venció a Rosario Central por 1 a 0 en el Nuevo Gasómetro en un encuentro correspondiente a la fecha 22 de la Liga Profesional de Fútbol. El único tanto del encuentro fue convertido por Braida, a los '4 del complemento. El árbitro, Fernando Echenique perjudicó al Canalla en la primera etapa.
El equipo de Russo salió con algunos contratiempos al Nuevo Gasómetro, Quintana amaneció con fiebre y por el Miguel tuvo de poner a Agüero en la última línea auriazul. A pesar de eso, la defensa se mostró firme en la primera etapa, gracias también a la buena contención de Mac Allister y Ortíz en el medio.
Macorra hizo la diagonal y su disparo se desvió en un defensor cuando amenazaba con meterse en el segundo palo de Batalla. Alan Rodríguez de tiro libre tuvo otra buena chance, pero se fue apenas desviada por el palo izquierdo del arquero. San Lorenzo era Barrios apilando rivales y no mucho más, sin profundidad ni llegadas.
Párrafo aparte merece la pésima actuación de Echenique en la primera etapa. A pesar del enojo de los locales, le perdonó la vida con absoluta complicidad del VAR a los dirigidos por Insúa. Una clara plancha sobre Malcorra, que ni siquiera fue amarilla, un codazo sobre el rostro de Mallo y un claro agarrón adentro del área sobre el mismo jugador, o una segunda amarilla a Perruzzi, ya amonestado, por planchazo sobre Ortíz desde atrás, solo algunos de los obsequios para con el Ciclón, ante los airados y justos reclamos de todo el banco canalla.
En el comienzo del segundo tiempo, San Lorenzo se puso en ventaja tras un centro desde la derecha, ganado tras un lateral que en realidad le correspondía a Central, Martínez casi vence su propia valla en el retroceso, la pelota pega en el palo, Broun intenta despejar con sus piernas, pero Braida estaba atento y lo venció para encontrar una ventaja inmerecida, en la primera llegada al arco de toda la noche de El Ciclón.
Luego afloró toda la impotencia de Rosario Central, su falta de juego asociado y lentitud para armar jugadas ofensivas, con Malcorra caminando por la cancha y Campaza empecinado en hacer la individual. Russo, que había sacado a Ortíz amonestado en el entretiempo, por un intrascendente Toledo, buscó fortalecer el ataque con la presencia de Bianchi, que pasó absolutamente desapercibido, salvo porque en una jugada quedó en claro offside. Insólitamente, con dos delanteros en el área, los jugadores de Central decidieron probar de afuera.
Central logró arrimar algo de peligro al arco de Batalla con dos certeros cabezazos de Alejo Véliz, bien contenidos con esfuerzo por el arquero. Luego, los de Insúa sacaron a relucir el manual para cuidar la ventaja. En siete minutos, pasados los '30, tres jugadores azulgranas cayeron al piso, ingresaron los médicos para atenderlos, y el tiempo fue pasando, ninguno de ellos tuvo que ser reempalzado. Luego, desaparecieron los alcanzapelotas y todo eso que hacen los equipos que necesitan asegurar una victoria por ventaja mínima y que tantas veces hizo Central de local.
El equipo de Russo tropezó nuevamente al salir de casa, como le pasa casi siempre, no importa el rival, flaquea en cancha ajena, sale a la cancha con el resultado casi puesto, no importa la formación ni los protagonistas, con cuatro o cinco atrás, con un punta o dos, entrega los tres puntos sin oponer la menor resistencia, Russo, un tipo que esto del fútbol se las sabe todas... ya dijo no saber porqué.
