En el amplio texto, las deportistas expresaron: “Hemos trabajado durante dos años y medio como verdaderas profesionales, independientemente de no percibir un sueldo, y hemos dejado al club en lo más alto, peleando dos finales de campeonatos y ascensos, generando reconocimiento para la institución en el fútbol femenino de la ciudad y el país”.
Sin embargo, manifestaron que la institución efectuó promesas de “igualdad entre el equipo masculino y femenino” que no se cumplieron.
“Las propias jugadoras nos encargamos de organizar rifas, vender pizzas, buscar sponsors y pedir subsidios a la municipalidad con el objetivo de sostener las condiciones básicas para seguir siendo el equipo competitivo que siempre fuimos”, expresaron.