La operación ya estaba prevista desde hace meses, pero este viernes el mandatario, de 77 años, confesó que necesita ''parar'' y ''cuidar de la salud'', por lo que tomó la decisión de que se lleve a cabo a fin de septiembre.
El procedimiento se realizará después de que regrese de Nueva York, donde asistirá a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Antes de ser operado, Lula mantendrá la frenética agenda externa que se ha impuesto desde que regresó al poder, el 1 de enero pasado que ya le ha llevado a casi veinte países.