"El dinero fue asignado para el muro fronterizo. Intenté (convencer a los republicanos del Congreso) que lo reasignaran, que redirigieran ese dinero. No lo hicieron", declaró el demócrata, que asegura que no es posible legalmente usar ese dinero con otra finalidad.
El Departamento de Seguridad Interior estadounidense se pronunció a favor de la medida por la necesidad de "detener" la inmigración ilegal.
El secretario de Seguridad Interior estadounidense, Alejandro Mayorkas, lo justificó debido a la "necesidad aguda e inmediata" de "evitar entradas ilegales" en la frontera.
“Hay actualmente una aguda e inmediata necesidad de construir barreras físicas y caminos adicionales en las zonas cercanas a la frontera de Estados Unidos para prevenir entradas ilegales al país", dijo el funcionario.
La decisión coincide con una visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a México para hablar precisamente de migración y tráfico de fentanilo con su vecino.
En México, antes de recibir a Blinken, López Obrador tildó de "retroceso" la decisión de Estados Unidos de ampliar el muro fronterizo.
"Esa autorización para la construcción del muro es un retroceso porque eso no resuelve el problema, hay que atender las causas (de la migración irregular)", dijo el mandatario durante su habitual rueda de prensa matutina.
Para poder instalar estas "barreras físicas y caminos adicionales" en Texas, uno de los estados del sur estadounidense que limita con México, el Gobierno de Estados Unidos decidió derogar una veintena de leyes y regulaciones federales, muchas de ellas ambientales, informó la agencia de noticias AFP.
A lo largo de décadas, distintos gobiernos republicanos y demócratas levantaron algún tipo de vallado en las zonas fronterizas con México para contener la entrada de migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, que intentan cruzar a Estados Unidos.
Trump, con el que Biden podría volver a batirse en duelo electoral en las presidenciales de 2024, convirtió la construcción de un muro fronterizo en uno de los ejes de su política y aseguró que México pagaría por él.
Cuando llegó a la Casa Blanca, Biden decidió suspender la construcción del muro y poner fin a una desviación de fondos para su financiación.
El demócrata repetía que la construcción de un muro no es una solución política al problema y pidió al Congreso que los recursos se destinaran a garantizar la seguridad fronteriza mediante la tecnología.
Sin embargo, ahora decidió utilizar una asignación del año fiscal 2019, cuando gobernaba Trump, en virtud de la cual el Congreso otorgó fondos para la construcción de la barrera fronteriza en el Valle del Río Grande.
Las nuevas vallas se construirán en este sector por ser un área de "elevada entrada ilegal", afirma Mayorkas.
Desde octubre de 2022 hasta principios de agosto, la patrulla fronteriza interceptó a más de 245.000 personas que intentaban ingresar al país por los puertos de entrada en ese sector.
En las últimas semanas, el número de migrantes que llegan a la frontera sin la documentación necesaria para cruzar va en aumento y el tema migratorio se convirtió en un escollo en la carrera de Biden a la reelección.
La reacción de Trump, el favorito para la nominación republicana de cara a las presidenciales de 2024, no se hizo esperar en su red social Truth Social.
La medida del Presidente demuestra que "tenía razón cuando construí 560 millas (900 kilómetros) de un nuevo y hermoso muro fronterizo", afirmó, y se preguntó si "Biden se disculpará (...) por tardar tanto en actuar y permitir" que el "país se vea inundado con 15 millones de migrantes ilegales, de lugares desconocidos".
Las presiones no llegan solo de los republicanos, sino de ciudades gobernadas por demócratas y abrumadas por la entrada de miles de migrantes.
La situación llevó a Biden a tomar varias medidas en las últimas semanas, como el envío adicional de 800 efectivos militares a la frontera "para ayudar con la logística" o la concesión de un amparo migratorio a casi medio millón de venezolanos.