La agrupación Soberanxs presentó ayer un proyecto de ley para sancionar los discursos "negacionistas" sobre los delitos de lesa humanidad que se cometieron durante la última dictadura militar que fue elaborado por intelectuales, juristas y dirigentes políticos, durante un acto que se realizó en el Centro Cultural Mujica (CCCM), donde se afirmó que las expresiones que suprimen la ocurrencia de los crímenes del terrorismo de Estado "amenazan la convivencia de los argentinos".
"Creemos que la proliferación de alocuciones negacionistas, que reinvindican la dictadura cívico militar, están amenazando la convivencia pacífica y democrática de los argentinos y las argentinas.
Cuando un discurso pone efectivamente en riesgo la convivencia democrática, aparece un límite a la libertad de expresión", señaló Alicia Castro, titular de esta agrupación en un acto llevado a cabo en un local ubicado en la calle Piedras 720, de la Ciudad de Buenos Aires.
Además de Castro, exsindicalista y exembajadora en Venezuela y en el Reino Unido, también disertaron el abogado y catadràtico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y el escritor y periodista Jorge Elbaum.
La exdiplomática sostuvo que lo que motivó a Soberanxs para elaborar este proyecto de ley "es avanzar hacia un paradigma que tienda a garantizar y consolidar los valores de Memoria, Verdad y Justicia, defendidos históricamente por la sociedad argentina y por los organismos de Derechos Humanos".
"Son valores que resultan un aporte para la convivencia pacífica de Argentina, a 40 años de la recuperación de la democracia", observó Castro, quien propuso establecer "un límite firme" para este tipo de expresiones con "una ley punitiva que sancione el negacionismo", al cual definió como "un crimen".
Por su parte, Rusconi recordó que "el proceso de consolidación de una base ética esencial no está concluido" en Argentina, a pesar de hitos "muy importantes como fueron el informe Nunca Más de la Conadep y el Juicio a las Juntas de Comandantes de la última dictadura cívico militar".
"Sin embargo, hoy es evidente que todavía hay algo más qué hacer. Debemos advertir que el lenguaje también puede matar, en un sentido simbólico, y debilitar a la democracia negando sus instituciones", subrayó el letrado.