Las nuevas Letras tendrán vencimiento el 20 de mayo de 2024, es decir a 123 días, y serán ajustables por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) del Banco Central. Se colocarán en el mercado local en uno o varios tramos.
Además, la normativa dispuso ampliar en $1,98 billones la emisión de otras Letras y Bonos cuyo monto no había sido colocado en su totalidad.
En concreto, se trata de $1,78 billones en Letras con vencimiento en febrero próximo y otros $202.000 millones de un Bono a noviembre 2025.
Los analistas venían alertando que el calendario de vencimientos en pesos de enero y febrero era especialmente exigente, sin acceso real al mercado voluntario de deuda. La estrategia oficial pasa entonces por renovar compulsivamente esos vencimientos.
El gran interrogante es si esta dinámica podrá sostenerse en el tiempo ante las dudas de los inversores sobre la capacidad de repago del Estado argentino.
Por ahora, el Gobierno sigue apostando a estirar los plazos todo lo posible para evitar una crisis financiera en un contexto de alta inflación e incertidumbre política y económica.