Esto significa que la canasta de indigencia aumentó un 46,8 puntos porcentuales más que el índice de inflación general durante 2023, un 15% más términos reales. También creció por encima de la inflación de alimentos y bebidas, que fue del 251,3%.
Según la medición del instituto estadístico, una canasta básica alimentaria que marca la línea de indigencia para un adulto costó $77.890, por lo que la línea de indigencia para una familia tipo quedó tras finalizar 2023 en $240.679.
En tanto, para la canasta básica total (CBT), que mide la pobreza el aumento fue de 27%.
Durante 2023, la línea de la pobreza aumentó 225,1%, un 4% en términos reales sobre la inflación general.
Una canasta básica total, que cubre además de la alimentación, una serie de bienes y servicios, fue valorizada en $160.453.
Por lo que una familia tipo para no ser pobre en Argentina necesitó ingresos por $495.798, casi medio millón de pesos