Esta podría ser la última oportunidad del activista virtual de 52 años para frenar la acción legal estadounidense.
Los archivos filtrados supuestamente por Assange eran archivos militares y cables diplomáticos confidenciales del Pentágono.
La información clasificada -facilitada por su contacto en el Ejército estadounidense Chelsea Manning, quien se encuentra ahora en libertad-, publicada en 2010 y 2011 por WikiLeaks, mostraba las violaciones a los derechos humanos de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán.
Las batallas legales del fundador de WikiLeaks empezaron en 2010, y luego pasó siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres donde fue sacado bajo arresto y encarcelado en 2019 por incumplir las condiciones de la fianza.
Desde ese momento estuvo preso en una cárcel de máxima seguridad en el sureste de Londres, donde incluso se casó.
Reino Unido finalmente aprobó su extradición a Estados Unidos en 2022 tras el bloqueo inicial de un juez por las preocupaciones sobre su estado de salud mental por el que suponían que Assange podía llegar a suicidarse si era deportado.