El Gobierno se comprometió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a aplicar aumentos superiores al 200% en las boletas de luz y al 150% en el caso del gas a partir de febrero, a los que se sumarán actualizaciones mensuales. Ese camino es clave en el objetivo de equilibrio fiscal que planteó el ministro de Economía, Luis Caputo, ya que el objetivo es reducir los subsidios a la energía en 0,5 puntos del PBI durante el 2024. También ratificaron la puesta en marcha de un nuevo esquema de asistencia basado en una canasta básica energética.
Por otro lado, el Palacio de Hacienda espera sumar recaudación a través de la actualización del impuesto a los combustibles líquidos para compensar el retiro del capitulo fiscal de la ley ómnibus. Más precisamente ese ítem reemplazaría el incremento en las retenciones que contemplaba el proyecto que se debate por estas horas en el Congreso, al tiempo que implicará un ingreso adicional para las provincias.
La información surge del staff report aprobado por el Directorio del organismo correspondiente a la séptima revisión del programa argentino, por el cual se aprobó el desembolso de USD 4.700 millones. Allí mencionaron que, inicialmente, la consolidación del gasto se sustentará en un ajuste del gasto en torno a 3% del PBI.
Dentro de las medidas propuestas incluyeron: “Reducciones en los subsidios energéticos ineficientes, con aumentos iniciales en las tarifas de electricidad (superiores al 200%) y gas (superiores al 150%) a partir de febrero, luego de audiencias públicas en las que se espera que las autoridades describan sus planes para recuperar el costo de producción”.